En una de las sorpresas más impactantes del US Open de este año, el sembrado número 3, Carlos Alcaraz, considerado uno de los jóvenes talentos más brillantes del tenis, vio su camino terminar con una derrota en sets corridos en la segunda ronda. Este fue su resultado más temprano en cuatro años consecutivos en Flushing Meadows, un golpe inesperado para el español que buscaba replicar sus éxitos anteriores en estas mismas canchas.
El joven de 21 años, quien capturó el título del US Open en 2022 como adolescente, fue superado por el neerlandés Botic van de Zandschulp, clasificado número 74 del mundo, con un marcador de 6-1, 7-5, 6-4. Alcaraz, un jugador que había alcanzado al menos los cuartos de final en cada participación desde su debut en 2021, lució fuera de ritmo ante el decidido neerlandés. El año pasado, fue el sembrado más joven en la historia del US Open con apenas 20 años y parecía estar listo para otra carrera profunda. Sin embargo, esta vez fue una historia diferente, con la electrizante atmósfera del estadio Arthur Ashe llena de una tensión inesperada mientras el joven español luchaba por encontrar su ritmo.
Van de Zandschulp, por su parte, llegó al partido con un plan de juego perfectamente diseñado para interrumpir el flujo de Alcaraz. El neerlandés, cuyo mejor resultado en Grand Slam fue en Nueva York cuando alcanzó los cuartos de final en 2021 tras pasar por la clasificación, mostró la forma que le había ganado reconocimiento en el mundo del tenis. A pesar de recientes dificultades en el circuito, incluyendo verse relegado a torneos de la categoría Challenger, no parecía en absoluto un desvalido el jueves por la noche. Habiendo mostrado destellos de su destreza con una victoria en sets corridos sobre Denis Shapovalov en la primera ronda, parecía llevar ese impulso a su encuentro con Alcaraz.
Los primeros intercambios marcaron la pauta de la noche, con van de Zandschulp tomando el control desde el principio. En una exhibición de tenis tipo gato y ratón, el neerlandés atrajo a Alcaraz a rallies extendidos y manejó con destreza múltiples incursiones a la red, ganando ocho de ocho puntos en sus aproximaciones durante el primer set. Alcaraz, conocido por su explosiva capacidad de generar tiros ganadores, tuvo problemas para superar las defensas de van de Zandschulp y se mostró cada vez más frustrado a medida que el primer set se le escapaba 6-1 en apenas 30 minutos.
Alcaraz, siempre optimista, mantuvo su sonrisa característica, quizás tratando de sacudirse la creciente presión. Abrió el segundo set con un sólido servicio, pero el neerlandés respondió de la misma manera, negándose a dejarse intimidar por la reputación del ex campeón. Alcaraz, que hasta ese momento solo había logrado tres tiros ganadores en comparación con 12 errores no forzados, se encontró en un territorio desconocido mientras su habitual y confiable derecha lo traicionaba una y otra vez.
El saque de van de Zandschulp, que no es considerado tradicionalmente un arma letal, logró mantener a Alcaraz a raya. Tras quedar 2-1 abajo en el segundo set, el español finalmente logró un quiebre para igualar el marcador en 2-2. Pero justo cuando parecía que comenzaba a recuperar su ritmo, el vaivén del partido continuó. Alcaraz volvió a fallar, cediendo una serie de errores de derecha con el marcador 5-5 y entregando un crucial quiebre a van de Zandschulp. El neerlandés cerró el segundo set 7-5, tomando una ventaja decisiva de dos sets.
Alcaraz, conocido por su capacidad de luchar en momentos difíciles, enfrentaba la prueba definitiva de su temple cuando comenzó el tercer set. La multitud, completamente a favor del campeón de 2022, esperaba que remontara, pero van de Zandschulp continuó dictando el juego con tiros precisos y angulados, presionando constantemente el servicio de Alcaraz. Incluso cuando el saque del neerlandés titubeó—cometió siete dobles faltas en el partido—Alcaraz no pudo aprovechar de manera consistente. Después de que van de Zandschulp quebrara para adelantarse 3-2 en el tercer set, el español rápidamente le devolvió el quiebre, pero su intento de remontada fue efímero.
Van de Zandschulp mostró una increíble compostura, igualando el set 4-4 con un ace y continuando con la familiar táctica de cortar la cancha con ángulos profundos, interrumpiendo el ritmo de Alcaraz. Cuando el neerlandés se preparó para servir por el partido con el marcador 5-4, no mostró nerviosismo alguno, sellando la victoria con un servicio no devuelto en el punto de partido y concluyendo el encuentro después de dos horas y 15 minutos.
En la conferencia de prensa posterior al partido, un Alcaraz visiblemente abatido admitió sentirse confundido y abrumado por emociones que no pudo manejar. “Pensé que me daría más puntos gratis”, confesó, insinuando su sorpresa ante el nivel de van de Zandschulp. También reconoció que tuvo dificultades para ajustar su estrategia durante el partido, diciendo: “No supe cómo manejar eso. Tengo que pensar en ello, aprender de ello”.
A pesar de la derrota, Alcaraz sigue siendo una fuerza en el circuito, y siempre un estudiante del juego, prometió usar la experiencia para mejorar. Para van de Zandschulp, esta fue una victoria definitoria en su carrera, y la calma y serenidad que mostró ante uno de los jugadores más dinámicos del deporte no será olvidada pronto por la multitud de Nueva York.