La inminente finalización de la campaña estival del comercio ha dejado un escenario desalentador en la capital cordobesa. Si bien las ventas se han mantenido prácticamente igual que durante el pasado verano, lo cierto es que «está demostrado que las rebajas han perdido su efecto llamada». Así lo considera el presidente de la Federación Provincial 'Comercio Córdoba', Rafael Bados, quien traslada lo que es ya un clamor en el sector: «Hay que volver a regular estos periodos de descuentos . Su supresión en 2012, eliminando las referencias a las temporadas de invierno y verano, ha tenido consecuencias negativas que afectan especialmente a las tiendas pequeñas, que no pueden competir con las grandes cadenas». La liberalización de las rebajas, que en teoría debería fomentar la competencia y beneficiar al consumidor, ha creado en la práctica un escenario de 'descuentos permanentes' que diluye el concepto original de esta práctica comercial. Del análisis del ciclo de ventas veraniego, Bados establece dos fases diferenciadas , que corroboran los portavoces de los distintos centros comerciales abiertos, en las que el consumo se ha comportado de manera distinta: «Una primera hasta finales de julio, con un volumen de ventas que no ha experimentado muchos cambios en la comparativa interanual; el otro, todo el mes de agosto, en el que la actividad ha estado bastante parada». Al respecto, durante el octavo mes del año han confluido, por un lado, el éxodo vacacional ; y por otro, las temperaturas extremas convierten a Córdoba en una isla de calor, y 'confina' a sus ciudadanos en sus domicilios. «Esto no es nuevo, pero sí es cierto que este agosto hemos tenido más noches tropicales ; las calles no han tenido tiempo de 'enfriarse' y han quedado desiertas, con una afluencia bajísima de personas . Son cada vez más, y lo vemos verano tras veranos, los establecimientos que deciden cerrar por las tardes, abrir más tarde o incluso algunos se plantean echar la persiana durante el mes completo. El cambio climático está afectando al desarrollo de la actividad del sector del comercio, y es una realidad que tenemos que afrontar», explica Bados. En la misma línea se pronuncia Manuel Blasco , presidente del Centro Comercial Abierto del Centro de la capital. «Ahora las temperaturas máximas se dan entre las 18 y las 19; se concentra cantidad de calor que no es normal y, claro, es lógico que nadie salga, y que cada vez sean más los que cierren en agosto; es inviable venir al centro». Sobre el resto del verano, este comerciante señala que «nos hemos mantenido en unas ventas mínimas. Con la liberalización del periodo de rebajas nos dieron gato por liebre. Hay que volver a establecer los periodos de descuentos, porque nosotros no podemos competir con las grandes cadenas y superficies: con el margen de negocio que tiene una pequeña tienda como la suya, para ellos es imposible poner alguna prenda al 70% . También hay que abordar un cambio de horario y unificarlo por zonas durante el verano en Córdoba». En la zona de La Viñuela , otro de los focos comerciales más importantes de la capital, el resultado de la campaña de verano ha sido algo más positivo. Así lo expone el vicepresidente de su Centro Comercial Abierto, Manuel Rubio, que habla, grosso modo, de un aumento de las ventas «d e entre un 3 y un 5 por ciento , aunque depende del sector». En este sentido, «hasta julio no se ha comportado mal la temporada; los establecimientos de calzado, moda, atención y cuidado personal han reportado un verano algo mejor, más o menos en la media de otros años. Y aquí ha pasado como en todos lados, agosto ha sido más tranquilo; incluso diría que más de lo habitual». Sobre las rebajas de verano, Rubio corrobora lo que sus homólogos del sector: «Desde que perdió la habitualidad realmente no existen. Tenemos que hacer frente a la competencia de distribuidoras grandes , que empiezan con los descuentos antes de que estemos con el resto de stock a la venta. El cliente, bombardeado constantemente con ofertas y promociones, puede perder la perspectiva del valor real de los productos y la capacidad de discernir entre una verdadera oportunidad y una estrategia de marketing». Rubio apunta que lo único que pueden hacer es «seguir manteniendo las rebajas de siempre, las auténticas, el excedente de la temporada, darle salida a las tallas que quedan sueltas a buen precio. El consumidor habitual sabe que se va a llevar un artículo de calidad con un gran descuento, en algunos casos, de hasta el 50%». El presidente delCCA de La Viñuela es consciente de que «no podemos 'luchar' en todos los frentes contra las cadenas grandes, ni contra las plataformas chinas; pero sí damos unas garantías de calidad y asesoramiento; las prendas se pueden tocar, probarte un calzado». Eso sí, si esta nueva forma de consumo se impone, «nuestras ciudades se desertificarán . El comercio no es un elemento decorativo, aporta vida a las ciudades, pero, evidentemente, tiene que tener una rentabilidad». Al respecto, Rubio señala que «cada vez retrocede más el pequeño comercio. A día de hoy, la ocupación de locales en La Viñuela ronda el 87 por ciento , pero es cierto que cada vez tardan más en ocuparse los espacios que van quedando vacíos». En Ciudad Jardín , el periodo estival también ha sido de altibajos para sus comercios. «En el mes de junio y julio se movieron más las ventas, pero agosto ha estado parado. Entre el calor, que no permite a la gente moverse mucho, y que ya no se notan las rebajas, la rentabilidad durante esta época del año es muy baja», apunta el presidente del Centro Comercial Abierto de Ciudad Jardí, Ramón Luque. «Ni siquiera nos planteamos llevar a cabo acciones de promoción en esta época. Es como la pescadilla que se muerde la cola. No hay personal, ya que la mayoría se va de vacaciones y, como consecuencia, muchas tiendas cierran, con lo que viene menos público. Entonces, no tienen mucho sentido organizar nada», reflexiona. ¿Cuáles son las expectativas de cara a la próxima temporada de otoño e invierno? «Estamos esperanzados en que el tiempo cambie pronto, porque si no hace frío...», señala Luque. En la misma línea se expresan los portavoces de los CCA La Viñuela y Centro: «En la próxima campaña nos pasa como a los agricultores, miramos mucho al cielo , porque en primavera y verano dependemos de eventos, como bodas y demás, pero en esas estaciones bajan las celebraciones y nos hemos metidos los últimos años en noviembre con temperaturas que no invitan ni a chaquetones, ni a botas. Ahora, el periodo de invierno está limitado a diciembre y enero», indica Rubio. Blasco, por su parte, añade: «¿Cómo voy a vender calefactor si estamos a 35 grados en octubre; en prendas y calzado, y otros artículos, el tiempo afecta muchísimo. Esperemos que el tiempo acompañe, pero lo de que haga calor hasta bien entrado noviembre es algo que se ha convertido en usual». El presidente de Comercio Córdoba señala, ante las perspectivas inciertas de cara a la próxima temporada de ventas, la «necesidad» de que la Junta de Andalucía desarrolle más campañas de promoción del comercio de cercanía . La idea que se debe divulgar, según Bados, es que el comercio de proximidad se constituye como una fuente de empleo, riqueza y sostenibilidad. Estimula la economía local, ya que genera ingresos y beneficios para los comerciantes y sus proveedores, que a su vez pueden contratar más personal o invertir en sus negocios; da vida al barrio, creando un ambiente dinámico y atractivo para los vecinos y visitantes, que favorece el consumo y la actividad social; y aporta valor al territorio, al contribuir a la identidad, la diversidad y la sostenibilidad de las ciudades y los pueblos, evitando la desertización comercial. Además, Comercio Córdoba incide en la necesidad de buscar fórmulas con las que potenciar la formación del sector y realizar el acompañamiento en el salto necesario para la transformación digital y la venta on line.