—¿Cómo han afrontado estas dos últimas búsquedas? —Con mucha esperanza. Había indicios por parte de la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil. Creíamos que se iba a encontrar algo. Aunque también hemos tenido esa esperanza en otras búsquedas anteriores en las que, incluso, los perros rastreadores olieron a cadáver. —¿Quién sufraga el pago de estos operativos? —La verdad es que contamos con un fuerte apoyo solidario. El georradar cada vez que viene cuesta en torno a 6.000 euros. Pero nunca lo pagamos porque la empresa de Luis Avial no cobra su trabajo. Y es la sexta vez que se usa este método para buscar. Tampoco el dueño de la excavadora ha querido cobrar sus horas de trabajo como una forma de colaborar con nosotros. Pero cuando hay que pagar algo siempre está ahí la plataforma. Y también el apoyo constante de policía o protección civil. —¿Qué papel juega la plataforma que se fundó al desaparecer su hermana? —Un papel fundamental. Sin ellos no hubiéramos podido aguantar dieciséis años. Una familia sola es imposible que aguante la presión y los gastos que conlleva que el caso no caiga en el olvido. Desde el principio recaudaron dinero por medio de rifas, loterías u organización de actividades. Y cuando hace falta sufragar un gasto ahí están ellos. Nosotros con nuestros sueldos no seríamos capaces. —¿Qué impresión les queda al finalizar estos dos últimos operativos en Monturque? —Un profundo pesimismo porque siempre hay alguna expectativa. Ni siquiera aspiramos a que se encuentre el cuerpo sino restos o alguna pista. Una gran desilusión. Aunque, al mismo tiempo, siempre decimos que una nueva búsqueda viene a sumar porque se descarta otro sitio en el que no puede estar su cuerpo. —La investigación sigue abierta ¿no? —Sí. La Policía judicial de la Guardia Civil sigue investigando. Además tiene abiertas nuevas líneas de trabajo en las que irán profundizando en los próximos meses. A lo largo de todos estos años no han parado. Su implicación con este caso es absoluta tanto de manera profesional como personal. De hecho este último operativo lo ha dirigido un capitán y el teniente coronel de la Comandancia en Córdoba ha estado también presente. —No es nada habitual que, después de dieciséis años, se busque de esta manera. —Para nada es habitual. Hay muchos casos que se cierran a los dos días de la desaparición porque se estima que no hay ningún tipo de prueba. Aunque el caso de mi hermana está archivado de manera provisional en la vía judicial sigue abierto en la vía policial. Y las búsquedas de Monturque han sido fruto de esa constante investigación y no, como se ha dicho, de ningún anónimo ni ningún chivatazo. —¿Podría reabrirse el caso algún día en el juzgado? —Sí. En el momento en que la Guardia Civil instruya una nueva diligencia y la presente el caso se abrirá de manera automática. Y ahora en Córdoba estamos esperanzados porque hay un cuerpo especializado en la Comandancia en personas desaparecidas. —El exmarido de su hermana sigue siendo el único imputado ¿Es así? —Así es. Es el único imputado desde el principio. Nosotros nunca pedimos que se imputara. Fue la autoridad judicial la que estimó esa imputación a la vista de los diferentes indicios. Y aunque el caso esté archivado judicialmente de manera provisional él sigue imputado. Nadie ha retirado esa imputación. —Toca seguir esperando… —Así es. Mientras tanto estamos agradecidos a todos. También a los medios de comunicación que cuentan con rigor todo lo que tiene que ver con mi hermana.