Tulkarem. Las autoridades israelíes aceptaron una serie de “pausas humanitarias” de tres días cada una, a razón de varias horas por día, en el centro, sur y norte de la Franja para poner en marcha una campaña de vacunación infantil contra la polio a partir del domingo, informó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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En la Franja de Gaza, la Defensa Civil reportó ocho muertos en nuevos bombardeos en el norte. Una fuente médica señaló a esta agencia que tres palestinos perecieron en un ataque con dron en el sur.
El ejército israelí indicó que en las últimas 24 horas eliminó a “decenas de terroristas”, uno de los cuales, según el comunicado, participó en el ataque del 7 de octubre.
Tras casi once meses de guerra, los 2.4 millones de habitantes de Gaza quedaron sumidos en una grave crisis sanitaria.
El ejército israelí que mató a siete combatientes palestinos en el segundo día de una operación “antiterrorista” a gran escala en Cisjordania, que ya dejó al menos 16 muertos en 48 horas, en paralelo a la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza.
La intervención israelí, iniciada el miércoles, incluye bombardeos e incursiones con convoyes blindados en las ciudades de Yenín, Naplusa, Tubas y Tulkarem, así como en dos campos de refugiados, donde los grupos armados que luchan contra la ocupación de Israel son muy activos.
Esta operación despertó una “profunda preocupación” en la ONU, que advirtió que podría “alimentar una situación ya explosiva en Cisjordania ocupada”. El secretario general, António Guterres, exigió el jueves en X su “fin inmediato” y condenó “firmemente las pérdidas de vidas humanas, sobre todo de niños”.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó este jueves que se están llevando a cabo “operaciones militares cerca de los hospitales” y de los “graves daños” infligidos “en numerosos lugares” de las infraestructuras.
Las incursiones militares israelíes son habituales en Cisjordania, territorio palestino ocupado por el ejército israelí desde 1967. Sin embargo, es inusual que se lleven a cabo simultáneamente en varias ciudades.
Desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque del movimiento islamista palestino en suelo israelí el 7 de octubre, la violencia se recrudeció en Cisjordania.
Las autoridades israelíes ya anunciaron el miércoles haber “eliminado” a nueve combatientes.
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El jueves, el ejército israelí afirmó que mató a otros siete, dos de ellos en Yenín y a cinco que estaban atrincherados “en una mezquita” en el campo de refugiados Nur Shams de Tulkarem. El movimiento islamista palestino Yihad Islámica, aliado de Hamás, confirmó la muerte de uno de sus comandantes.
No obstante, según el gobernador de Tulkarem, Mostafa Taqatqa, fueron abatidos “por un tiro de cohete contra una casa”, y no en ningún combate.
El Ministerio palestino de Salud también reportó 16 muertos, entre los cuales habría dos menores de 13 y 17 años, según la Media Luna Roja palestina.
El canciller israelí, Israel Katz, afirmó que el ejército busca “desmantelar las infraestructuras terroristas irano-islamistas” en Cisjordania.
Por la tarde, Yenín seguía siendo escenario de enfrentamientos y las fuerzas israelíes continuaban con su operación en Tulkarem, según dos periodistas de esta agencia.
Casi la mitad de Tulkarem está sin agua y en el campo de Nur Shams no la había en absoluto, señaló un empleado municipal de Tulkarem, Hakim Abu Safiyeh. “La destrucción es enorme”, agregó.
La ONU cifró el miércoles en al menos 637 los palestinos abatidos por el ejército israelí o por colonos desde el 7 de octubre. Al menos 19 israelíes, incluyendo soldados, murieron en ataques palestinos o en operaciones del ejército, según datos oficiales israelíes.
En el ataque del 7 de octubre, milicianos islamistas mataron a 1.199 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de esta agencia basado en datos oficiales israelíes.
También secuestraron a 251 personas, de las cuales 103 continúan cautivas en Gaza, incluidas 33 que los militares israelíes declararon muertas.
En respuesta, Israel lanzó una vasta ofensiva que ya dejó 40.602 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
Según los acuerdos de paz israelo-palestinos de Oslo de 1993, el ejército israelí no debe entrar en las zonas autónomas bajo el control exclusivo de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, que administra parcialmente Cisjordania.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, advirtió que la operación israelí “en Cisjordania ocupada no debe constituir las premisas de una extensión de la guerra a partir de Gaza, incluyendo una destrucción a gran escala”.
El movimiento Yihad Islámica acusó a Israel de buscar “anexionar Cisjordania” con estas operaciones.
Irán denunció una “destrucción brutal” e instó a la comunidad internacional a tomar “medidas inmediatas y eficaces para poner fin al genocidio de la nación palestina”.
El rey Abdalá II de Jordania subrayó, durante una conversación telefónica con el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, la “necesidad” de atajar los “ataques israelíes” y pidió un “apaciguamiento global” en la región, según sus servicios.