Que haya un bebé o un niño pequeño en la familia casi siempre suele ser motivo de alegría. Su inocencia y cariño llenan a sus seres queridos, quienes deben cuidarle y cubrir todas las necesidades que tenga el pequeño o pequeña de la casa. Además, debemos ayudarles a aprender cosas nuevas, inculcarles valores y una educación adecuada a su edad y al entorno en el que está creciendo. Esto hará que su personalidad se vaya formando a la vez que va adquiriendo conocimiento sobre cómo funciona el mundo , distinguiendo, por ejemplo, lo que está bien y lo que está mal. Aunque cada padre o familia tiene su propia forma de criar a los niños, algunos aspectos deben ser comunes a todo tipo de educación y crianza , por el bien del menor. Hay ejemplos claros, como que no está bien pegar a otros niños o que es correcto agradecer algo bueno que hagan por nosotros. De la infinidad de temas que se deben enseñar, hay uno que suele causar cierto debate en la sociedad: los gestos de cariño. Seguro que has visto o incluso has vivido una escena en la que, de pequeño, te han hecho darle besos a alguien que no conoces o a quien no querías dárselos. Muchos padres o personas mayores responsables del niño lo hacen porque consideran que es una forma más de saludar y que no hacerlo sería una falta de respeto. Este gesto no es nada recomendable si el niño se niega a hacerlo o no le apetece, ya que podría traer peligros para él. Así lo explica la pediatra Mar López, especialista en Pediatría Social , en una entrevista para Europa Press. Según esta profesional, no debemos obligar a los niños a que den besos si no quieren, ni si quiera a sus abuelos o a sus propios padres, y mucho menos a desconocidos. Esto es debido a que no hacerlo es una de las mejores formas de prevención del abuso sexual inantil, una dura realidad que actualmente viven 1 de cada 4 niños españoles y que, de los casos existentes, solo se denuncia el 15%. La pediatra, autora del libro 'El monstruo de los abrazos', explica que el abuso sexual a niños suele darse en entornos de su confianza, en muchas ocasiones, incluso, dentro de su propia familia. Así, el hecho de hacer que el niño lleve a cabo un gesto de contacto físico con el que no está cómodo , puede hacer que en el futuro también se sienta obligado a hacer cosas que un abusador le indique hacer en secreto. A su vez, la doctora indica que los abusos sexuales no siempre implican contacto, ya que pueden pasar también por obligar al niño a que muestre alguna parte de su cuerpo. « No hay que insistirles en que den un beso a un abuelo si no quieren, porque al final les hacemos dudar de lo que sienten y les apetece, cuando siempre es válido. Si tu hijo tiene claro que no, luego será adolescente y cuando todo el grupo juegue a la botella, a pesar de la presión de grupo, si no le apetece dirá que no. Y al final si un amigo le dice 'yo hago esto si tú me das un beso', verá que es un chantaje y al final dirá que no . Si les educamos en lo contrario les estamos desprotegiendo, por eso es tan importante», explica la pediatras. Sumado a ello, la doctora López recalca la importancia de educar al niño desde pequeño familiarizándolo con conceptos como el consentimiento, además de crear con ellos un vínculo de intimidad y confianza en el que se sientan seguros para hablar de temas difíciles o complicados para ellos y se sientan capaces de contar si han sufrido algún abuso sexual sin que tengan miedo de que les culpen o les juzguen. ç Así lo sentencia la pediatra López: « Nunca debemos forzar a los niños a dar besos ni abrazos si no les apetece . Debemos educarles para que entiendan y hablar en casa con naturalidad, y responder a sus preguntas con naturalidad, ir dándole información sobre qué son las cosas si nos preguntan y, cuando sean un poco más mayores, sobre todo 5 años, decirles que hay adultos que pueden intentar ver o tocar sus genitales, o bien pedirles que le toquen los suyos. Enseñarles a que hay que decir que no, buscar ayuda y contarlo».