Si de planear una escapada se trata, el entorno suele pesar a la hora de decidir el destino. Las particularidades que ofrecen la costa, la montaña o el campo, por ejemplo, pueden ser atractivos a ponderar. Pero en todo, según para quién, pueden existir las líneas rojas. Algo similar ha sucedido este mes en Casa Elvira, un alojamiento rural en Orense en el que, pese a las buenas calificaciones que reciben sus instalaciones, una pareja ha interrumpido su estancia tras la primera noche, irritada por el canto de un gallo. Ambos clientes habían ido a Galicia desde Cataluña y reservado su estancia en el hospedaje del concello orensano de San Amaro por tres días, del 19 al 22 de agosto. «Llegaron y les encantó la casa, el jardín, el entorno, la cama... Resulta que, al día siguiente por la mañana, nos llaman y nos dicen: "Nos vamos". Nos quedamos sorprendidísimos», rememora sobre su primera reacción Elvira López, encargada del negocio junto a su marido, Roberto Terranova, en conversación con ABC. «Pensamos que el problema era que les podía haber surgido algún asunto familiar, incluso algo grave. Entonces nos contaron que no habían podido dormir por el gallo«. La explicación cogió por sorpresa al matrimonio de hospederos porque, enuncia Elvira, en el rural «los sonidos del campo no se pueden evitar, es lo que hay», igual que sucede con los citados destinos costeros o montañeses y la fauna propia de cada lugar. «La cuestión es que fueron súper amables, atentos. Claro, nosotros dijimos que contra eso no podemos hacer nada, y ellos incluso dijeron que sí, que lo sabían y que no contaban con que se les fuese a devolver el dinero de la reserva». El problema, cuenta, es que en la plataforma online con la que habían contratado su estancia, Booking, la pareja dejó una valoración de 5 sobre 10, lo que «tira para abajo la puntuación de toda la temporada», llena de sobresalientes. El título del comentario advierte: «Alojamiento rural en el que hay un gallo cerca que no te deja dormir». Efectivamente, como puntos a favor da cuenta de la «comodísima» cama matrimonial y confirma que «todo estaba súper limpio y bien cuidado». Habla de sus anfitriones como «bellísimas personas, muy atentas» y destaca «la poza refrescante y el jardín» de la casa. A continuación, presenta el problema. «Había un gallo por los alrededores que no nos dejó dormir la primera noche y al día siguiente nos marchamos del alojamiento. Estuvo cantando por la noche de 3 a 5 de la mañana. No nos quedamos los tres días que teníamos contratados porque veníamos a descansar y necesitábamos silencio por la noche y [el] gallo no nos dejó descansar«, explica. Siendo esta la peor reseña de la web -en cuestión de puntuación-, y tras la sorpresa que les causó, los hospederos decidieron tomárselo con humor y entenderlo como algo anecdótico. «Nuestro hijo dijo: "¿Por qué no lo subes a Instagram?", porque hasta nos dio risa», recuerda Elvira con desenfado sobre la publicación que, por llamativa, ha acabado haciéndose viral.
