Sesenta kilómetros y 30 minutos de helicóptero son los que separan a la costa de Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego con Fénix, el proyecto de extracción de gas offshore más austral del mundo. Allí, rodeados de un fuerte viento marítimo y las últimas ballenas de la temporada que se dejan ver en los alrededores, trabajan unas 150 personas.
Es que Fénix, operada en un 37,5% por la energética francesa TotalEnergies, con el mismo porcentaje participa la alemana Wintershall Dea y, con un 25% del proyecto en manos de la local Pan American Energy, empezará a operar a mediados de septiembre. El proyecto, que demandó una inversión de u$s 700 millones, aportará 10 millones de m3/día de gas, lo que, actualmente, representa un 8% de la demanda nacional de gas.
Tras más de dos años de construcción y desarrollo, finalmente Fénix entrará en acción en tres partes y será un pozo por vez. El primero, que se pondrá en funcionamiento a mediados de septiembre, procesará un total de 1 millón de m3/día de gas. Una vez que el proyecto comience a operar normalmente -se calculan 70 días por pozo-, la energética proyecta que la productividad máxima del yacimiento (es decir, 10 millones de m3/día) se extenderá por tres años.
Luego, al igual que el resto de los yacimientos hidrocarburíferos, irá perdiendo productividad. Sin embargo, el año que viene, ya se evitará la importación de 15 buques de GNL durante los meses de invierno. De esta forma, la francesa pasará a operar el 33% de la producción de gas de la Argentina.
TotalEnergies, particularmente, opera un total de 33 millones de m3/día de gas. Aproximadamente 16 millones de m3/día provienen de sus proyectos ubicados en Tierra del Fuego (Aries, Carina, Vega Pléyade y, pronto, Fénix), mientras que la otra mitad de la operación está en Neuquén. A su vez, alrededor del 40% de este total es propio de la compañía. Esto es, unos 14 millones de m3/día (de los 33 millones que opera diariamente) y exporta un 10% de su producción a Chile.
La plataforma ya pasó por dos etapas previas y, ahora, se encuentra en la tercera, a pocos días de empezar a operar. La primera, según contaron fuentes de TotalEnergies, compañía a cargo de la operación del proyecto, fue la construcción del ducto de 36 kilómetros que llevará el gas desde Fénix hasta Vega Pléyade. La segunda fue la instalación de las patas y el deck de la plataforma. Ahora, la firma, está realizando los pozos en el fondo marino.
Respecto a los costos del proyecto, explicaron que cada una de las etapas del proyecto requirió, aproximadamente, un tercio del presupuesto total. La plataforma demandó unos u$s 200 millones, los ductos submarinos otros u$s 220 millones y la parte más costosa fue la perforación, que costó unos u$s 240 millones. La contratación de Noble Corp Regina Allen, la plataforma de bandera estadounidense que realiza las perforaciones, representa el 30% de los gastos realizados en la última etapa.
Según comentaron fuentes de la compañía en el marco del viaje a conocer la plataforma más austral del mundo del que participó El Cronista, las inversiones para extraer gas offshore son mucho más costosas, pero más productivas y rentables que las de, por ejemplo, Vaca Muerta.
En este sentido, detallaron que, con un presupuesto de u$s 700 millones, en Vaca Muerta se pueden realizar más de 40 pozos, mientras que los de Fénix serán tres, y habrá uno que funcionará en caso de inconvenientes o dificultades. Sin embargo, explicaron que es indispensable tener en cuenta la productividad de los yacimientos -y el tiempo que lo serán- y que, hasta que no se perforan, no se puede saber qué tan acertadas fueron las mediciones y estudios previos.
No obstante, se trata de inversiones muy rentables que, según comentaron fuentes de la francesa, se recuperan en tres o cuatro años y tienen un interés superior al 15 por ciento.
Hoy, el consorcio de las tres energéticas opera el complejo de gas costa afuera más importante del país, que provee un total de 17 millones de m3/día de gas al mercado local. Esto representa un 13% de la producción a nivel nacional.
A su vez, cuenta con 100 pozos y cinco plataformas (actualmente en operación, ya que Fénix sería la sexta) que producen 17 millones de m3 de gas (representa un 12% de la producción diaria de gas del país). A su vez, posee dos plantas en Tierra del Fuego, una de tratamiento de líquidos (Rio Cullen) y otra de tratamiento de gas (Cañadón Alfa) y su capacidad de producción es de 23 millones de m3/día de gas.
La plataforma pesa unas 4000 toneladas y se construyó en dos partes en el astillero de Rossetti Marino, en el puerto de Rávena, Italia. La base se colocó en primer lugar en el fondo del Mar Austral Argentino y, luego, mediante barcos que miden más de 300 metros, se llevó la estructura superior. Cada parte pesa un total de 2000 toneladas.
El gas proveniente de Fénix llegará mediante un ducto submarino de unos 36,5 kilómetros a Vega Pléyade, otra de las plataformas offshore del consorcio. Allí, el hidrocarburo extraído de ambas plataformas seguirá su camino (unos 40 kilómetros de ducto ya realizado) hacia la planta de Río Cullen, donde se procesará, y, luego, se inyectará en el Gasoducto General San Martín.
Los tres pozos perforados navegan el reservorio de manera horizontal y alcanzan, aproximadamente, los 3000 metros de profundidad final. La instancia de perforación de pozos estuvo a cargo de la firma de perforación marina Noble Corp Regina Allen.
A pesar de que, hoy en día, trabajan unas 150 personas en Fénix, una vez que el proyecto esté en marcha, se podrá manejar enteramente desde tierra y no requerirá presencia humana.