"Ya no deberíamos referirnos a la sostenibilidad como una buena práctica", dice Diego López, socio de PwC. ¿Por qué? "Los stakeholders internos y externos de las organizaciones no consideran sólo a los factores financieros como drivers para la creación de valor, sino que los criterios ESG -ambientales, sociales y de gobierno corporativo- resultan fundamentales en el mapa de riesgos y oportunidades que las compañías deben tener en cuenta y gestionar, más allá de su tamaño y el sector en el que operan", dice y enumera las condiciones de contexto que ponen a estos conceptos en el foco de atención corporativo: la transición de lo voluntario a lo regulatorio, los cambios en las preferencias de los consumidores, los principios para la inversión responsable, los requisitos para el financiamiento sostenible, el aumento de los riesgos vinculados al cambio climático, la necesidad de robustecer la licencia social para operar, los crecientes requisitos para operar en mercados diversos y el impacto de las prácticas sostenibles en la performance del negocio. "Entre otras condiciones, hacen que la sostenibilidad sea un diferenciador, la forma de hacer negocios que permite a las compañías crear valor y amplía al mismo tiempo el abanico de riesgos y oportunidades", explica.
La tarea será cómo integrar la sustentabilidad en la estrategia corporativa, llevándolo a la práctica en todas las actividades y relaciones comerciales de la organización. Para hacerlo "no existe una única fórmula", dice Belén Zermatten, directora ESG & Sustainability de PwC. "Las prácticas y enfoques posibles son variados por lo que será clave incorporar los riesgos, las oportunidades y los impactos ESG al negocio y establecer planes de gestión y monitoreo adecuados", dice.
Por su lado, María José Murcia, profesora de IAE Business School y directora del Centro de Estudios en Sustentabilidad e Innovación Social de la Universidad Austral, cree que el tema ESG está repriorizado en las agendas corporativas. ¿Por qué? "Se ha logrado un mayor entendimiento de su protagonismo político; muchas empresas tienen mayor relevancia que los Estados en cuanto a su potencia económica, concentran expectativas porque la sociedad les asigna roles cuasi políticos y espera mucho más de ellas en una economía digitalizada con mucha concentración de poder", explica.
Para Sebastián Bigorito, director ejecutivo del CEADS, "la sostenibilidad a nivel corporativo ya es parte del mainstream por lo que, ante contextos de crisis, los objetivos se resignifican y se priorizan, pero no desaparece de la agenda empresarial", afirma. A nivel local, "el principal obstáculo ha sido el impacto económico de la crisis, ya que, si bien para las empresas una gestión sostenible del negocio resulta un activo para navegar este panorama, no deja de ser objeto de inversión en recursos humanos, tecnología, sistemas de gestión, comunicación y conocimiento", reconoce el especialista. "Por el cambio de gobierno y su nueva estructura, lleva tiempo identificar las continuidades, cambios y en algunos casos, discontinuidades en los mecanismos de articulación con las empresas en materia ambiental y social. Afortunadamente, la gran mayoría de las agendas de sostenibilidad reposan sobre estructuras y convenciones internacionales y en muchos casos los planes nacionales y las estrategias han superado varios mandatos de gobierno gracias a la inercia institucional", dice.
Para Bigorito, los drivers que posibilitan la profundización de ESG en las organizaciones son los mercados -consumo, internacionales, financieros o laborales (marca empleadora)-, las regulaciones -internacionales, regionales o locales- y las dinámicas sociales -la licencia social para operar y procesos de permitting-.
Uno de los principales motivos que hizo escalar el tema en la lista de prioridades de muchos directivos son las nuevas regulaciones. La regla de revelación climática de la SEC se sumó a las regulaciones existentes en Europa y a nivel internacional, como la Directiva de Reporte de Aspectos de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y las normas de sostenibilidad IFRS S1 y S2 emitidas por el ISSB, que pueden alcanzar a algunas empresas argentinas. "Cada una de estas regulaciones requiere revelaciones detalladas de sostenibilidad y responden a pedidos cada vez más fuertes de mayor transparencia sobre cuestiones ESG por parte de inversores y otras partes interesadas, como reguladores, clientes y empleados y hace que las firmas deban desarrollar un entorno de controles eficaz y acelerar su capacidad para recopilar, gestionar y medir datos ESG", dice Cecilia Mas, directora Assurance de PwC.
Según PwC, los CEOs ya comienzan a ver a la sostenibilidad como una oportunidad de crear valor dentro de sus compañías. Mucho tiene que ver el "efecto Bruselas", las nuevas normativas europeas para reportar, CSRD, que lleva a las empresas a dar mayor peso a la sustentabilidad en la toma de decisiones porque busca equiparar la presentación de los reportes de sustentabilidad con los financieros. Según la encuesta de PwC 2024 Global CSRD Survey, realizada a 500 directivos y empresas de 30 países afectados por la regulación, 79% de las empresas con sede fuera de Europa considera que los nuevos requerimientos de reporting permitirán que la sostenibilidad tenga un mayor protagonismo en la toma de decisiones de los líderes corporativos. También consideran que mejorará el desempeño medioambiental de las compañías (51%), que acercará vínculos con sus stakeholders (49%) y ayudará a gestionar mejor los riesgos (48%). Las expectativas son menores en cuanto a que las normas sirvan para mejorar ingresos (28%) o que ayude a reducir costos (26%).
La exigencia es que las empresas divulguen información detallada sobre su desempeño en materia de sostenibilidad y consideren las implicancias para su negocio en una amplia gama de temas, incluidos el cambio climático, la conducta empresarial, el uso de recursos, la contaminación y la biodiversidad. Alrededor de 50.000 empresas en todo el mundo se verán afectadas.
Las empresas argentinas que cotizan en mercados americanos también se preparan para informar. "La regla de clima adoptada por la SEC requiere que las empresas describan los riesgos relacionados con el clima que tengan un impacto material en el negocio o en los estados financieros consolidados. Exigirá un cambio dramático en la naturaleza y el alcance de las revelaciones que las firmas deben hacer a partir de 2025. Esto puede requerir cambios significativos en los sistemas, procesos y controles de las entidades argentinas registradas", explican en PwC y advierten que en el proceso las firmas enfrentarán cambios organizacionales para cumplir con las regulaciones globales como, por ejemplo, que los empleados asuman nuevos roles, mejoren sus habilidades o se muevan entre funciones; la implementación de nuevos sistemas y procesos y mayores riesgos y expectativas sobre cómo las firmas cuentan sus historias relacionadas con aspectos climáticos.
Para los especialistas, recolectar datos puede ser una oportunidad única para crear valor en el negocio si los líderes logran incorporar el criterio de la sostenibilidad dentro de sus estrategias de negocio porque la información les permitirá tomar mejores decisiones. "Muchos comienzan a entender su potencial; otros todavía lo toman solo como un tema de compliance", explica Zermatten. Justamente salir del mindset de cumplimiento es uno de los desafíos de muchas organizaciones.
"Las empresas tienen el reto de brindar datos de calidad de sus operaciones y de su cadena de valor, debido a que la CSRD exige que la información de sostenibilidad vaya a la par de la presentación de informes financieros. Los líderes ejecutivos reconocen que la información en materia de sostenibilidad debe ser precisa, clara, uniforme, estar disponible y lista para auditar", dice López.
"El "tsunami regulatorio" de la UE puede ser visto en los hechos como obstáculo para el acceso a mercados europeos", explica Bigorito que se refiere tanto al ajuste de carbono en frontera (CBAM) como a la Certificación de Libre Deforestación que afecta fuertemente a empresas del país y de la región. "Basadas en el enfoque de debida diligencia, el verdadero impacto es difícil de calcular, los principales impactados son las "cadenas de valor" y los cluster productivos", dice y aclara que "el GRI ya no es la única estrella en el escenario del reporte. La irrupción del ISSB del IFRS y su vinculación con el mundo financiero sumado a la directiva europea CSRD requieren de un nuevo aprendizaje no circunscripto a una gerencia en particular, sino que obliga a la interacción entre las gerencias de Sostenibilidad, Finanzas, Relación con inversores, Legales y Compliance. La "doble materialidad" obliga a que el Reporte no sea solo un producto de las gerencias de sostenibilidad", dice.
Para Murcia, el reporting es un gran combustible, cuando se logra un entendimiento cabal de la materialidad de la empresa y el ejercicio de reportar está instalado: "hace a la moral de la organización", afirma. ¿El rol del CSO? "Es el gran articulador: coordina con Compliance para la que la gobernanza suceda, con Riesgos, para que la materialidad esté correctamente mapeada y con Finanzas, para obtener resultados", explica la integración funcional.
Los inversores buscan información clara, consistente y comparable sobre los problemas materiales que enfrentan las empresas. Para Sebastián Tobio, líder de Marsh Advisory, "un creciente número de inversores reconocen los beneficios a largo plazo de invertir en empresas sostenibles y socialmente responsables y consideran que la integración de los criterios ESG puede ayudar a mitigar riesgos, identificar oportunidades de inversión y generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente". Los cuestionamientos a los criterios ESG son por razones de rendimiento financiero, principalmente. "Algunos inversores dudan por el rendimiento a largo plazo de las empresas que se centran en la sostenibilidad y se cuestionan si pueden generar retornos comparables o superiores a aquellas que no lo hacen; a otros, la falta de estándares y métricas claras para evaluar el desempeño ESG les genera dificultad para comparar y evaluar adecuadamente las prácticas sostenibles de diferentes organizaciones", dice. A estas objeciones, se agrega la sospecha de greenwashing -afirmaciones engañosas o exageradas sobre las prácticas sostenibles-, y un enfoque de corto plazo -"si quieren obtener ganancias a corto plazo los criterios ESG son un costo adicional que no se traduce en beneficios financieros inmediatos".
Según la Encuesta Global de Inversores 2023 de PwC, 94% de los inversores cree que los reportes de sostenibilidad de las empresas contienen al menos algunas afirmaciones sin fundamento -greenwashing-, lo que representa un aumento con respecto al 87% que contestó lo mismo el año anterior. "Eso explicaría el apoyo de los inversores a las nuevas normas de revelaciones de aspectos de sostenibilidad, porque se espera que se produzcan informes de sostenibilidad más consistentes y comparables", dice López.
En Bolsa de Valores creen que el contexto desafiante ofrece oportunidades para la emisión de deuda con impacto. "Genera mucho interés en empresas de distintos tamaños y sectores que ven en la emisión de un Bono Social, Verde y/o Sustentable no sólo financiamiento sino también posicionamiento, visibilidad, diferenciación", explica Julieta Artal Conte, líder de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de BYMA. El interés de los inversores en empresas y proyectos con impacto se refleja tanto en los avisos de resultados y el exceso de demanda, así como en la cantidad de fondos ESG. "Buscamos transformar la inversión en trabajo y desarrollo, desde nuestro rol como Bolsa de Valores y como empresa cotizante", dice. Así, desarrollaron productos para promover mejores prácticas y transparencia y se destacan el Panel de Bonos Sociales, Verdes y Sustentables, el Panel de Bonos Vinculados a la Sostenibilidad el índice ESG-D y el Panel de Gobierno Corporativo. ¿Resultados? En el último Reporte de Sustentabilidad rinden cuenta: el Panel de Bonos SVS registra un incremento de emisiones con impacto y en 2023 superó el récord alcanzado en 2022. "Los Bonos SVS por la gran variedad de proyectos elegibles permiten que empresas, asociaciones, gobiernos financien proyectos con impacto en el ambiente y/o en la sociedad. Esto se refleja en los instrumentos etiquetados que son más de 70 y por más de U$S 2.000 MM ", explica.
Genneia se convirtió en el proveedor de energía renovable y aliado clave en la estrategia de descarbonización de sus operaciones de empresas como Aeropuertos Argentina 2000, AstraZeneca, Bunge Argentina o Natura, entre otros. En el último año logró el récord de capacidad instalada en el país, más de 1 GW (1.004 MW), lo que representa el 19% de la potencia total, con un 21% proveniente de energía eólica y un 12% de energía solar. También consolidó su posición en finanzas sostenibles al emitir bonos verdes por más de US$ 800 millones, en mercados e internacionales. "Fuimos la primera empresa en financiar un proyecto bajo el mecanismo de financiación "Project Finance", que exige para su desembolso el cumplimiento de rigurosos estándares sociales, ambientales y de gestión", dice Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad. El financiamiento internacional de FinDev el banco de desarrollo canadiense y FMO -el banco de desarrollo de los Países Bajos-, "es un factor clave para el crecimiento constante y nuestro liderazgo en energías renovables en el país", dice. Adoptar normas IFC les permitió mejorar la reputación, reducir riesgos y aceleró su capacidad operativa con inversiones de más de 400 millones de dólares y alcanzaron 1 GW de capacidad instalada. "La emisión de bonos verdes, por un total de US$ 436 millones nos consolidó como líderes en el mercado y la calificación crediticia AA.ar de Moody's Local elevó nuestra calificación de emisor de moneda local y extranjera a largo plazo con perspectiva estable", explica.
Entre los temas preponderantes para las empresas figuran el cuidado de la biodiversidad -en los negocios en que está más ligada-, la transición energética, el trabajo con las cadenas de valor, certificación de productos, trabajo con las comunidades para lograr y mantener la licencia social para operar y hacia adentro de las organizaciones, el alineamiento interno para lograr resultados. "Es fundamental que las compañías veamos en la sustentabilidad una herramienta estratégica para el crecimiento y que sea parte de la gestión de toda la compañía, no solo de un equipo", dice Vanesa Vázquez, gerenta de Impacto Positivo de Cervecería y Maltería Quilmes. Convencidos de que lograr un cambio en la forma de producción y consumo requiere un compromiso a largo plazo, integran al negocio la estrategia de sustentabilidad. En este contexto es central trabajar el eje de impacto social, de desarrollo de comunidades y reducción de desigualdades así que se plantearon para este año seguir escalando Gauchada y llegar a más organizaciones de todo el país. Gauchada engloba la estrategia de impacto social de la compañía y se apoya en la venta de un producto, la cebada perlada y en la reinversión de sus ingresos en iniciativas de impacto. Por cada paquete vendido, la compañía hace llegar cebada perlada a organizaciones de la sociedad civil. En 2023, Gauchada llegó a 930 OSC y más de 253.800 personas y entregó 26.800 platos de cebada perlada a comedores de CABA y Gran Buenos Aires.
Según el estudio "Consumo responsable y triple impacto en Argentina 2023", un estudio de Trendsity y Sistema B, 70% de los argentinos espera mayor compromiso ambiental por parte de las empresas y 8 de cada 10 argentinos cree que no se está haciendo lo suficiente para frenar la crisis medioambiental. Para 77% de los encuestados, la crisis ambiental es vista como una emergencia cada vez más grave y se está a tiempo para frenarla (77%). La idea guía las elecciones de los consumidores: 1 de cada 4 dejó de comprar una marca por su falta de compromiso ambiental y 35% de los encuestados lee las etiquetas y sellos para evaluar su impacto social o ambiental. "Los ciudadanos comienzan a entender y ejercer el poder que tienen desde su lugar de consumidores. Quienes lideran las empresas deben estar atentos a las señales del mercado para comprender su nuevo rol en la sociedad," dice Marina Arias, directora ejecutiva de Sistema B. La organización ya certificó este año 73% de las empresas que preveían hacerlo durante el año, lo cual es una muy buena performance. Las empresas B miden y gestionan con estándares altos el impacto que generan y se comprometen pública y legalmente a un camino de mejora continua; en el país ya hay más de 200 empresas B que ofrecen productos y servicios con impacto positivo a nivel social y ambiental, poniendo en el centro de sus decisiones el impacto que generan en las personas y el planeta al mismo nivel que su rentabilidad.
Nespresso es una de ellas. "Los desafíos nos impulsan a ser más resilientes e innovadores en nuestra estrategia de sostenibilidad y ajustamos nuestros planes para adaptarnos, ya sea con nuevas tecnologías, en nuestras prácticas operativas y fortaleciendo las alianzas estratégicas", dicen. Enfocados en concientizar al consumidor y lograr la circularidad, la empresa que adhirió al paradigma B en 2022 cuenta que recuperó 25% de las cápsulas de café vendidas en el último año. "El compromiso es que cada taza Nespresso tenga un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente", explica María Eugenia Ybarra, Customer Care & Services Manager. El café utilizado se dona a Fundación Huerta Niño como compost y el aluminio sirve para producir nuevos objetos como macetas o lapiceras.
La firma también tener un rol multiplicador en su compromiso con la sustentabilidad. Así organiza encuentros, 'Open Coffee Work' con otras empresas para compartir buenas prácticas y desafíos compartidos.
En Arcos Dorados también advierten que los consumidores son más conscientes al tomar sus decisiones de compra y optan por organizaciones que gestionan efectivamente sus impactos. Según Daniel Arenas, gerente corporativo de Compromiso Social y Desarrollo Sustentable, "nos enfocamos en sensibilizar a nuestras audiencias y compartimos las acciones que realizamos: el origen de las materias primas, la calidad de los alimentos, los materiales de los envases y empaques". En 2022 emitieron un primer bono Sustainability Linked Bond (SLB) y fueron la primera compañía de la industria en la región que ligó la estrategia de financiación con compromisos medioambientales. La firma cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York desde el 2011. "Desarrollar una estrategia de impacto socioambiental es relevante para cumplir con las expectativas regulatorias y sociales y genera valor para los inversionistas. Cumplir con estándares ESG y tener una estrategia sólida al respecto ayuda a mitigar riesgos legales y operativos, lo cual es atractivo para los inversionistas que buscan estabilidad, favorece la atracción y retención de inversores, mejora la reputación de la marca y fortalece la relación con los consumidores. Y esto puede traducirse en una mayor lealtad del cliente, diferenciación competitiva y aumento en las ventas", explica Arenas. La eficiencia energética, la gestión adecuada de residuos y la reducción del uso de recursos reduce los costos operacionales. Esto no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también mejora los márgenes de la empresa, lo cual es positivo para los inversionistas. Enfocarse en ESG los prepara para enfrentar desafíos futuros, como cambios regulatorios, escasez de recursos y fluctuaciones en la demanda de los consumidores.
En Camuzzi, uno de los principales focos de la estrategia de sustentabilidad es fortalecer la licencia social durante un año que califican como "desafiante". Según Rodrigo Espinosa, gerente de Relaciones Institucionales, buscaron consolidar su rol en las más de 360 comunidades en las que operan. Promovieron el uso seguro y responsable del gas en las comunidades, impactando a más de 10.000 niños a través del programa "A prender el gas" y en colaboración con diversas organizaciones formaron en habilidades laborales a más de 170 jóvenes y emprendedores y ofrecieron espacios de visibilidad para más de 600 artistas emergentes.
Involucrar al liderazgo para que entienda a la sustentabilidad como un componente indisociable de la manera de hacer negocios y abordar su integración como un proceso gradual, de mejora continua y como un proceso de cambio cultural es el reto que se plantean en Arcor. "Impulsamos un modelo de gobierno y gestión de la sustentabilidad que garantiza la apropiación de esta perspectiva por parte de los equipos ejecutivos y gerenciales, a través de un Comité de Sustentabilidad integrado por la máxima conducción de la empresa y por comités creados para abordar líneas de trabajo específicas que derivan de los compromisos que se definen en la Estrategia de Sustentabilidad de la compañía", dice Bárbara Bradford, gerente corporativa de Sustentabilidad. El proceso de aprendizaje interno para alinear a la organización, generar coherencia y alcanzar los resultados se complementa con incentivos adecuados, como la integración de los objetivos ambientales y sociales de la organización al sistema de gestión de desempeño y a los bonos anuales de los líderes.
Durante 2023, 3.818 colaboradores fueron abarcados por objetivos divisionales de sustentabilidad y 1.046 colaboradores de niveles de conducción establecieron objetivos de desempeño específicos de sustentabilidad. El año pasado U$S 1.458.484 en la gestión sustentable de sus bases operativas.
Así, por ejemplo, la empresa está comprometida con la agricultura regenerativa. "Avanzamos en la implementación del programa Agro Sustentable, orientado a promover un abastecimiento sustentable de nuestras principales material primas agrícolas. De esta manera logramos la certificación de más de 280.000 ha de maíz y trigo de proveedores", cuenta la ejecutiva.
Para el futuro, las empresas deben considerar un conjunto creciente de intereses y expectativas más amplias y profundas de sus partes interesadas y el CSO es un rol clave y diferenciador dentro de la organización. "Es un catalizador del cambio, con una relevancia estratégica a partir de la gestión de riesgos y de oportunidades", explica Zermatten. "El mayor desafío para el futuro es lograr un cambio profundo en el ejecutivo argentino respecto de la importancia que tienen las cuestiones de sostenibilidad, así como su capacidad para gestionarlas junto al éxito financiero a largo plazo de una organización", dice López. Es que a nivel local el contexto apremia. En su opinión, pocos líderes funcionales tienen el conocimiento para gestionar bien los factores de cambio climático y sostenibilidad o no lo tienen muy arriba en su agenda de trabajo, "dada la cantidad de temas de índole financiera y económica que se deben manejar al estar al frente de una empresa en Argentina".