Un grupo de senadores estadounidenses afirmaron este martes estar "profundamente preocupados" por unas reformas en México que "socavarían la independencia judicial" y pondrían "en peligro" los intereses económicos entre ambos países.
Una polémica reforma constitucional impulsada por el gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que incluye la propuesta de que jueces y magistrados sean elegidos por voto popular, causó gran disgusto en Estados Unidos.
El embajador de Estados Unidos en el país, Ken Salazar, estimó que la reforma "amenaza" la relación comercial entre ambos países y es un "riesgo" para la democracia mexicana.
Unas declaraciones que llevaron a López Obrador a poner "en pausa" este martes su relación con Salazar, de quien presumía ser un gran amigo, y con la embajada de Canadá, muy crítica asimismo con la reforma.
México es el principal socio comercial de Estados Unidos y ambos países integran, junto con Canadá, el tratado de libre comercio de Norteamérica (T-MEC).
La situación preocupa en el Congreso estadounidense.
"Estamos profundamente preocupados de que las reformas judiciales propuestas en México socaven la independencia y la transparencia del poder judicial del país, poniendo en peligro los intereses económicos y de seguridad críticos que comparten nuestras dos naciones", afirman cuatro senadores en un comunicado.
Los demócratas Ben Cardin y Tim Kaine y los republicanos Jim Risch y Marco Rubio instan a la administración de López Obrador, cuyo mandato termina el 1 de octubre, y a su sucesora Claudia Sheinbaum a implementar "únicamente aquellas reformas que mejoren las cualificaciones profesionales, combatan la corrupción, protejan la autonomía judicial y fortalezcan la confianza de los inversores".
La reforma, que se abordará en la legislatura que comenzará el 1 de septiembre, desató manifestaciones en México de trabajadores que consideran que vulnera sus derechos.
El oficialismo contará con la mayoría necesaria para aprobarla sin necesidad de negociar con otros partidos.