El reloj marcaba siete minutos pasadas las diez de la noche cuando Pedro Sánchez reaparecía, tras sus vacaciones en Lanzarote y con casi una hora de retraso, en una comparecencia en directo desde Mauritania, primero de los tres países que forman parte de su gira africana. La última vez que se puso frente a las cámaras fue el pasado 31 de julio, para hacer balance del curso político, apenas una jornada después negarse a declarar ante el juez Peinado en La Moncloa como testigo del caso de su mujer, Begoña Gómez. En esta ocasión lo ha hecho rodeado del presidente mauritano, a quien se refirió en todo momento como «mi amigo» para mostrar las buenas relaciones que mantiene España con el país africano, un gesto que ha compartido el propio Mohamed Uld Ghazuani. En plena crisis migratoria, con las llegadas a Canarias multiplicándose por veinte en el último lustro y más de 500 intentos de entrada diarios en Ceuta, el líder del Ejecutivo español ha asegurado que la inmgración es «riqueza», «desarrollo» y «properidad» porque la contribución de estas personas a la economía española es «fundamental». «No es un problema», ha querido dejar claro, sino «una necesidad que impica ciertos problemas». En este sentido, recordó el hecho de que «hasta hace no tanto, España fuera un país de inmigrantes»: «Nuestros compatriotas aspiraban a una vida mejor como aspiran ahora muchas personas que emprenden esta peligrosa aventura», ha explicado. Tras la reunión mantenida entre ambos mandatarios, el español anunció, entre otras medidas, que España compromete otros 500 mil euros para fortalecer la defensa y seguridad de este país clave en el Sahel. La anterior visita del presidente del Gobierno españo a Mauritania fue hace apenas siete meses, en febrero, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, y con el mismo objetivo: ralentizar la cantidad de cayucos que salen de sus costas -en enero de este año, el 83 por ciento de las llegadas a a este archipiélago procedían de Mauritania-. En aquella ocasión, una de las iniciativas proclamadas por ambos líderes fue un paquete de ayudas de hasta 210 millones de euros de fondos comunitarios para contener la inmigración ilegal antes de que puedan llegar a las fronteras europeas, además de otros 300 millones comprometidos por España para los próximos cinco años para proyectos en este país, convirtiéndose así en la nación africana que más dinero recibe ahora mismo de la UE. Entre las medidas anunciadas por el presidente español ayer por la noche, más allá de esa dotación económica para la formación de agentes de policía mauritanos, figuran la creación de un consejo empresarial hispano-mauritano para fomentar las relaciones económicas y empresariales entre ambos países, la puesta en marcha el próximo otoño de actividades del Instituto Cervantes como «primer paso para el establecimiento de una sede en ese país, al igual que ya existe en Dakar (Senegal), tercera parada de su gira africana por países de origen de inmigrantes que alcanzan España. También informó Sánchez sobre la celebración de la primera Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Mauritania el próximo año en la capital de este último, Nuankchot. Las otras dos medidas que pregonó el socialista fueron un memorándum de entendimiento con su homólogo africano para apostar por un flujo de inmigrantes «regular y circular», y una declaración para reforzar la colaboración en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado, en especial, subrayó el español, contra las redes de tráfico de personas. Tras su paso por Mauritania, nación africana que más fondos recibe en la actualidad por parte de la Unión Europea, Sánchez estará hoy en Gambia en la que será su primera visita al país más pequeño de África. Además de reunirse con su presidente, Adama Barrow, se citará con los efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional que cooperan en materia de lucha contra la inmigración y vigilancia de fronteras con las autoridades gambianas. En la actualidad hay destinados seis guardias civiles y cuatro policías nacionales en el país. Por último, mañana, Sánchez se desplazará hasta Senegal . Allí visitará el Instituto Cervantes de Dakar, el primero en todo el África Subsahariana y cuya primera piedra puso el propio Sánchez en abril de 2021. Además de un encuentro con empresarios españoles, se citará por primera vez con el presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, elegido el pasado marzo y con quien también firmará acuerdos, y con el primer ministro, Ousmane Sonko.