Bogotá, agosto 27. — Las medidas económicas recientemente anunciadas por el presidente de Bolivia, Luis Arce, tienen por finalidad eliminar las barreras que lastran el desarrollo del país sin menoscabo de las políticas de beneficio social y popular, reportó Prensa Latina.
En una entrevista exclusiva para Prensa Latina, el embajador de esa nación en Colombia, Gabriel Campero, explicó que los ejes de trabajo propuestos buscan incluir a actores económicos de diversas procedencias en un contexto mundial marcado por tensiones financieras, conflictos bélicos y una lenta recuperación.
El diplomático destacó primero la convocatoria de Arce a un gabinete social coordinado con el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana, donde las organizaciones del Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) reafirmaron su apoyo a las nuevas directrices.
Solo tras este consenso, el presidente convocó al sector empresarial para establecer acciones conjuntas que mejoren el abastecimiento de combustibles y la disponibilidad de divisas, sin afectar el consumo interno.
En estas reuniones, se acordaron 17 puntos sobre diversos temas, incluyendo mecanismos para desbloquear la aprobación de créditos pendientes en la asamblea legislativa, un asunto también tratado con el gabinete social.
Campero especificó que se trata de más de mil millones de dólares inmovilizados, destinados a proyectos de inversión como la ampliación de líneas del teleférico y la infraestructura de carreteras, entre otros.
Otro aspecto vital versa acerca de la gestión de nuevos financiamientos externos, pero siempre con apego a los términos y autonomía nacional, según acotó el diplomático.
«Está completamente descartado que se esté cediendo frente a organismos como el Fondo Monetario Internacional. Somos soberanos y vamos a buscar siempre los financiamientos con capacidad de pagos que estén asociados con beneficios a las grandes poblaciones sin poner en riesgo la soberanía», sentenció.
También mencionó la decisión de simplificar el trámite para la importación de combustibles y fortalecer la lucha contra la corrupción y el contrabando que hoy afecta al mercado hidrocarburífero debido a los precios subvencionados.
Asimismo, añadió, se buscará impulsar las exportaciones con valor agregado, en línea con la política seguida por el presidente Arce de priorizar la industrialización, sustituir importaciones y vender en el mercado internacional el excedente una vez que se logre el abastecimiento interno.
El paquete de medidas también incluiría un aporte de 2,500 millones de bolivianos para capital de exportadores, con el objetivo de atraer divisas, y la evaluación de la reducción de aranceles para apoyar la industria nacional.
Los ejes de trabajo abarcan la inversión en energías alternativas, la creación de un gabinete de turismo para impulsar el sector, la promoción del consumo de productos bolivianos, el estudio de los beneficios de la biotecnología en la agricultura y el fomento de la inversión privada en hidrocarburos.
Campero señaló que las alianzas con el sector privado no son nuevas en la política de Bolivia y recordó que durante el primer periodo del proceso de cambio en el país se les otorgó un perdón tributario del 95%.
Lamentó las campañas de descrédito hacia Arce por parte de algunos actores con ambiciones electorales, quienes no valoran sus esfuerzos para alcanzar la industrialización y el desarrollo, objetivos que intenta lograr en un contexto de crisis mundial, pandemia y conflictos bélicos, no en una época de bonanza petrolera.
El presidente mantiene su visión y no pretende regresar a tiempos neoliberales al buscar acuerdos con el sector privado, que también es parte del país. Desde el primer día, afirmó, ha tenido la voluntad de construir una nación autosuficiente, ya que el modelo económico social comunitario productivo se enfoca en la redistribución de la riqueza y sigue vigente.