Marruecos ha sufrido fuertes tormentas en los últimos días, con desbordamiento de ríos, que han venido a paliar la falta de agua de algunos pantanos, pero que también han causado daños agrícolas. El país vecino ha apostado por un amplio programa de desalinizadoras, sin renunciar al de siembra de nubes desde avionetas acondicionadas para ello, una tecnología que suscita polémica por las posibles consecuencias climáticas. Según informa "Nador City", el sistema “Ghaith”, que así se denomina, que antes se limitaba a los meses de invierno, ahora se extiende durante todo el año como consecuencia de la actual sequía.
El proceso de siembra de nubes se lleva a cabo en coordinación entre la Dirección General de Meteorología, las Fuerzas Armadas Reales y la Gendarmería Real y se extiende a importantes zonas agrícolas como Midelt, Azilal y Beni Mellal, donde los departamentos de Agricultura, Agua y Bosques "están uniendo fuerzas para proteger los cultivos del nocivo granizo polinizando las nubes con sustancias químicas", agrega.
A las regiones antes mencionadas, hay que añadir ahora Khenifra, Taza, Tensift Al Haouz y Souss-Massa. "El objetivo de este proceso es contrarrestar los efectos de los cambios climáticos severos y reducir los riesgos para los cultivos agrícolas".
"Las opiniones varían sobre la efectividad de esta técnica. En la ciudad de Midelt, algunos activistas civiles expresaron sus reservas sobre el uso de tecnología de disolución de nubes, señalando que puede conducir a la dispersión de las nubes y la ausencia de lluvia y el impacto de estos procesos en el equilibrio natural".