La campaña de represión de Nicolás Maduro después de sus ampliamente cuestionadas afirmaciones de victoria electoral es insostenible, dijo la líder de la oposición María Corina Machado en una entrevista.
Hablando desde su escondite, Machado, una exlegisladora conservadora y descendiente de una familia adinerada, le dijo al Financial Times que Maduro "quiere sembrar el terror, pero es insostenible".
"Claramente, mucha gente tiene miedo y su instinto es protegerse, y tenemos el deber de cuidar a nuestra gente mientras aumentamos la presión", dijo Machado. "No vamos a abandonar las calles".
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Maduro fue declarado ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por sus aliados, no ha publicado un desglose de los resultados a pesar de los llamados de la comunidad internacional para que lo haga.
La oposición dijo que su candidato, el diplomático retirado Edmundo González Urrutia -que se presentó después de que a Machado se le prohibiera postularse- era el verdadero ganador, y publicó miles de recibos de votación como prueba.
Maduro, un socialista revolucionario en el poder desde 2013, ha reprimido las protestas que estallaron después de las elecciones, con al menos 1500 personas arrestadas y 24 muertas en relación con las manifestaciones, según grupos de derechos humanos. Durante sus frecuentes discursos televisados, ha criticado a los manifestantes como parte de un intento de golpe de Estado "fascista" respaldado por EE.UU., al tiempo que pidió que se arrestara a Machado por promover el "terrorismo".
Maduro le pidió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que como tantas palancas de poder en Venezuela está controlada por funcionarios de su partido socialista gobernante, que decida. El jueves, el tribunal ratificó la victoria de Maduro. EE.UU. dijo el viernes que el fallo del TSJ "carece de toda credibilidad", y muchos países latinoamericanos se hicieron eco del sentimiento. El Departamento de Estado de EE.UU. les pidió a "las partes venezolanas que inicien conversaciones sobre una transición respetuosa y pacífica de acuerdo con los deseos del pueblo venezolano".
"Todo el mundo sabe que Edmundo González es el presidente electo", dijo Machado. "Hemos obligado al régimen a hacer lo que hizo el jueves, que es tratar de utilizar al Tribunal Supremo, el cual todo el mundo sabe que es un brazo del represor".
Brasil y Colombia, ambos vecinos de Venezuela, están tratando llevar a cabo negociaciones entre Maduro y la oposición, aunque hasta ahora no han tenido éxito. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, ambos izquierdistas simpatizantes del gobierno de Caracas, han propuesto que se realicen nuevas elecciones, pero Machado rechazó esa idea.
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"Para el pueblo venezolano, el sector financiero y los acreedores, los actores políticos y el régimen, incluyendo el propio Maduro, lo mejor para todos es avanzar con una transición pacífica y ordenada", afirmó Machado.
La estrategia de la oposición, continuó Machado, es mantener la presión sobre Maduro mediante una combinación de protestas programadas y diplomacia extranjera que debilitaría su apoyo y obligaría a un acuerdo negociado.
"Todos queríamos que esto se resolviera la noche de las elecciones, pero sabemos a qué nos enfrentamos", afirmó Machado. "Tenemos que actuar con calma, firmeza e inteligencia, porque tenemos una estrategia sólida, que es la de aplicar presión -desde dentro y desde fuera- para que el apoyo se fracture".
Phil Gunson, analista de Venezuela en el International Crisis Group (ICG), dijo que si bien las negociaciones antes de la toma de posesión del 10 de enero son la mejor solución, ninguna de las partes parece dispuesta a negociar.
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Más allá de la frágil democracia venezolana, lo que está en juego es una posible ola migratoria más allá de los 7,7 millones de venezolanos que ya han huido, y la reestructuración de u$s160 mil millones de deuda soberana y de las compañías petroleras estatales. Una recuperación económica tibia desde 2021, tras ocho años en los que el PBI se contrajo en tres cuartas partes, podría verse afectada por la crisis, dicen los analistas.
Las sanciones estadounidenses al sector petrolero de Venezuela siguen vigentes, aunque Washington otorgó exenciones a algunas empresas.
Los intentos de obligar a Maduro a dejar el poder no han tenido éxito en el pasado; una medida de la era Trump para instalar a otro líder de la oposición, Juan Guaidó, en 2019 fracasó a pesar del respaldo de decenas de países occidentales.
"Hay un dilema", dijo Horacio Velutini, presidente de la Bolsa de Valores de Caracas. "El sector empresarial venezolano busca estabilidad y no más sanciones y la oposición no se las ofrece en estos tiempos de crisis política".
Mientras tanto, Machado sigue escondida en medio de temores de que pueda ser arrestada en cualquier momento. Sólo se la ha visto en público dos veces este mes, cuando llegó a los mítines envuelta en una sudadera con capucha, antes de hablar ante miles de seguidores desde lo alto de un pequeño camión.
"Siento una serenidad y una tranquilidad que me sorprende", dijo Machado, alternando entre inglés y español. "Estamos en una nueva fase, en la que estamos aprendiendo a actuar con audacia y prudencia al mismo tiempo".
