La justicia iraquí emitió el martes órdenes de arresto contra un empresario y un exfuncionario del gobierno por su participación en el robo de 2.500 millones de dólares del fisco.
El caso, conocido como "el robo del siglo" en un Irak plagado de corrupción, causó revuelo en el otoño de 2022.
Detenido en octubre de ese año cuando intentaba huir del país, pero liberado y refugiado en el extranjero, el principal acusado, el empresario Nour Zouhair, no compareció en las audiencias de su juicio, que comenzó a mediados de agosto.
El martes, un tribunal penal especializado en casos de corrupción "emitió órdenes de arresto contra Nour Zouhair y Haitham al-Joubouri", un exconsejero gubernamental, según la agencia de noticias estatal INA.
Según ese medio, unas 30 acusados serán juzgados en este caso. Por lo menos, seis de ellos están detenidos o a la espera de ser extraditados a Irak, dijo la Autoridad Anticorrupción del gobierno a principios de agosto.
En el otoño de 2022, la Administración General de Impuestos de Irak explicó que los 2.500 millones de dólares habían sido robados entre septiembre de 2021 y agosto de 2022, a través de 247 cheques cobrados por cinco empresas.
A continuación, el dinero se retiraba en efectivo de las cuentas de estas empresas. Zouhair fue liberado en noviembre de 2022 tras devolver algo más de 125 millones de dólares al Estado y comprometerse a devolver el resto.
Este caso "es un escándalo (...) que afecta a todo un sistema político que ha permitido que personas como él huyan", dijo el martes el comentarista iraquí Hamed al-Sayyed.
"Su excarcelación mientras estaba siendo investigado, es una fuga en la que el sistema político es cómplice al más alto nivel", afirmó.
Zouhair concedió una entrevista a un canal de televisión iraquí la semana pasada sin decir dónde estaba. Los medios de comunicación informaron entonces de que había sufrido un accidente de tráfico en el Líbano.
Las autoridades tampoco conocen el paradero del exconsejero gubernamental, quien inicialmente había devuelto 2,6 millones de dólares al fisco.
Aunque la corrupción afecta a todas las instituciones estatales y administraciones públicas en Irak, las condenas a menudo se dirigen contra cargos medios del estado, raramente a funcionarios que ocupan puestos de responsabilidad.
