La lotería Powerball es una de las más conocidas y populares en todo Estados Unidos. Debido a ello, millones de ciudadanos juegan cada semana para ver si son los afortunados ganadores de los exorbitantes premios que ofrece este juego al azar, sin importar que las probabilidades no siempre sean las más favorables.
Aunque de vez en cuando surgen participantes que logran la azaña de ganar el premio mayor en Powerball, rompiendo toda expectativa, hace poco fue registrado un peculiar caso de un ganador en Indianápolis, Estados Unidos, donde luego de haber ganado la lotería fue hacía las oficinas de Powerball donde uno de los empleados rompió y escondió el ticket ganador sin ninguna razón en particular.
El ganador de esta inusual historia es Paul Marshall, un residente de Indianápolis que nunca imaginó que su victoria en la lotería Powerball lo llevaría a enfrentarse a una situación tan inesperada. Marshall había jugado a la lotería como muchos otros, buscando mejorar su situación financiera. Al enterarse de que había ganado un premio de US$50.000, la emoción lo llevó rápidamente a la agencia local para reclamar su recompensa. Sin embargo, lo que sucedió a continuación cambiaría el curso de su experiencia de una manera que jamás podría haber anticipado.
El incidente que vivió Marshall es tan inusual como perturbador. El empleado de la agencia, cuya identidad no ha sido revelada, rompió el boleto ganador de Marshall sin una explicación aparente.
Según cuenta Marshall, el trabajador introdujo la serie numérica en el sistema para verificar si coincidía con alguna combinación ganadora. Al confirmar que el boleto era el afortunado, procedió a destruirlo, ocultando los fragmentos en un cajón de su escritorio y entregarle un listado impreso que carecía de cualquier número.
Aunque se podría pensar que fue un accidente, la situación se complicó cuando el trabajador intentó ocultar lo sucedido. Marshall, desconcertado y preocupado, solicitó que se investigara el caso, lo que dio lugar a una revisión exhaustiva de las cámaras de seguridad de la agencia. Este suceso ha generado un gran interés mediático, ya que plantea preguntas sobre la integridad del proceso de reclamación de premios en Estados Unidos.
Tras el incidente, Marshall decidió no quedarse de brazos cruzados y acudió a las autoridades para que se investigara lo ocurrido. La Comisión de Lotería del Estado de Indianápolis intervino de inmediato, ordenando una revisión detallada de las grabaciones de seguridad de la agencia. Las imágenes confirmaron la versión de Marshall: el empleado efectivamente rompió el boleto ganador y, en lugar de informar del error, trató de ocultarlo.
Gracias a estas pruebas, se corroboró la legitimidad del premio y finalmente recibió el dinero que le correspondía, poniendo fin a un episodio que parecía destinado a arruinar su fortuna recién adquirida.
