Jaime Pesaque, destacado chef peruano y fundador de Mayta, uno de los 50 mejores restaurantes del mundo, ha suscitado debate en el ámbito culinario con sus comentarios sobre las gastronomías de Perú y Ecuador. Durante su reciente visita a Guayaquil, destacó las conexiones históricas y culturales que ambos países comparten, reflejadas en sus tradiciones culinarias.
Pesaque es una figura clave en la escena gastronómica internacional, reconocido por su restaurante Mayta en Lima, que ha sido destacado en rankings prestigiosos. Su enfoque culinario trasciende el simple acto de comer; considera la cocina como una experiencia integral que incluye la historia y la cultura. Con proyectos que abarcan desde hamburgueserías hasta la alta cocina, continúa innovando y difundiendo su pasión por la gastronomía peruana.
En Mayta, el chef peruano ha sobresalido al fusionar magistralmente mariscos, vegetales, tubérculos y diversos ajíes. Según declaró en una entrevista con Primicias, su cocina ha "logrado explorar la despensa local de Perú, de la Sierra, Costa y selva". Esta constituye el catálogo de alimentos, es el lazo que une a Perú y Ecuador, dos naciones vecinas con siglos de historia compartida.
"Me preocupo mucho por la coctelería y el servicio al cliente, porque ¿de qué sirve un gran restaurante sin una buena cava de vinos, sin un clima adecuado o si la música no acompaña la conversación?", agregó.
Durante su participación en la 'Mesa de Sabores' en Casa Julián, el chef compartió reflexiones sobre la interconexión de las cocinas de Perú y Ecuador. "Lo que logramos aquí fue una sinergia de talento y creatividad para unir la cocina peruana con la gastronomía ecuatoriana y latinoamericana", explicó.
"Creo que las cocinas peruana y ecuatoriana son similares; se asemejan porque comparten la misma despensa, y algunas preparaciones incluso son parecidas. Quizás la peruana tiene un sabor más intenso, mientras que la de aquí es más ligera", añadió.
Durante su visita a este país, el peruano quedó impresionado por el potencial gastronómico de la ciudad y comentó: "Guayaquil me sorprendió; es más atractivo de lo que imaginé. Me llevo la impresión de que aquí hay mucho potencial gastronómico, pero se debe trabajar en el".
En su colaboración en Casa Julián, trabajó con un equipo dirigido por el chef ecuatoriano Santiago Nieto, quien destacó la oportunidad de aprender nuevas combinaciones de sabores y de apreciar las cualidades de productos desconocidos gracias a la influencia de su colega peruano. Finalmente, Pesaque se llevó el gusto por dos platos locales: el arroz con concha negra y el ceviche con maní, los cuales valoró durante su estancia.
"Lo que debe hacer Ecuador es unirse, liderar un movimiento para elevar su cocina. Esto no es un trabajo singular, sino colectivo, de todos. Un solo chef no puede enfrentarse al mundo solo; esto requiere unión, como lo hizo Perú. Tampoco se logra de la noche a la mañana; a nosotros nos tomó de ocho a diez años conseguirlo, porque sabíamos que teníamos algo, pero debíamos creer en ello y mostrarlo al mundo", finalizó.