Los líderes de la ultraderecha francesa mostraron este lunes al presidente Emmanuel Macron su oposición total a un hipotético Gobierno de la izquierda, incluso si no tiene ministros del partido radical La Francia Insumisa (LFI).
"Votaríamos una moción de censura contra cualquier Gobierno de izquierda", afirmó claramente el presidente de la Agrupación Naiconal (RN), Jordan Bardella, junto a Marine Le Pen, tras una reunión de ambos con Macron en el Elíseo.
Le Pen aseguró que, incluso si no hay ministros de LFI en un Ejecutivo de izquierda, ese partido y su fundador, Jean Luc Mélenchon, serían quienes "realmente dirigirían el Gobierno".
En unas declaraciones conjuntas a la prensa, Bardella consideró que un Gobierno de izquierda representa "un peligro para el orden y la vida económica del país".
Ambos apuntaron directamente a Macron por la situación actual, en la que las elecciones legislativas anticipadas -decididas por el presidente tras su derrota en las europeas de junio- dejaron una Asamblea Nacional sin ningún bloque capaz de acercarse a la mayoría absoluta.
"Emmanuel Macron ha elegido el caos", recalcó Le Pen, mientras que Bardella denunció la "parálisis política" que vive el país, con un Gobierno en funciones desde la segunda vuelta electoral del 7 de julio.
Le Pen pidió "una sesión extraordinaria" de la Asamblea Nacional para discutir rápidamente medidas que atiendan las expectativas de los ciudadanos, especialmente sobre el poder adquisitivo.
Con la reunión con los líderes del RN, Macron concluyó la ronda de consultas con dirigentes de partidos políticos, aunque esta tarde recibirá al presidente del Senado, el conservador Gérard Larcher.
Entre especulaciones acerca de si el presidente va a extender este ciclo de reuniones o anunciar la designación de un primer ministro, Bardella dijo que Macron "no ha indicado" si proseguiría sus consultas ni si había tomado ya una decisión sobre un jefe del Gobierno.
Mientras tanto, varios líderes de los partidos de izquierda, cuyo bloque logró el mayor número de escaños en las elecciones, insistieron hoy en que Macron debe designar como primera ministra a Lucie Castets, la candidata común del bloque.
Por ejemplo, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, se preguntó, en referencia a Macron, "en nombre de qué derecho divino es posible que quienes han perdido las elecciones decidan quién gobierna y quién no", según dijo en declaraciones a la emisora FranceInfo.