La vicepresidente primera del Gobierno, y ministra de Hacienda, excelentísima señora, doña María Jesús Montero Cuadrado , es mentirosa, pero lo hace por lealtad a su partido. Si malversar el dinero público ya no es delito –siempre y cuando emplees el dinero del contribuyente, no en guardártelo en tu bolsillo, sino en gastarlo sin control para beneficiar al partido político que te ha nombrado– mentir es uno de esos pecados veniales, que no se deberían tener en cuenta. Menos aún, en un Gobierno, donde mentir es, simplemente, un acto de imitación, en halago a la inveterada costumbre de su presidente, Pedro I, El Mentiroso. No obstante, hay ocasiones en que la mentira les puede repugnar a los propios mentirosos, y...
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