En agosto de 1823 el militar Chapalangarra, heroico guerrillero contra los franceses en la Guerra de la Independencia, era destinado a Alicante para defenderla del absolutismo de los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés a las órdenes del duque de Angulema que ocupó España para que Fernando VII terminara con el Trienio Liberal. Alicante tardó, pero cayó, fue la última capital de provincia. Ante la defensa de Chapalangarra, el monarca se comunicó con él, pero la ciudad no capituló. Tras dos meses de resistencia, se firmó un acuerdo de rendición con la condición de que no hubiera represión contra los liberales. Chapalangarra, pese a todo, desconfió y pidió que los Cien Mil Hijos de San Luis no entraran a la ciudad hasta el 12 de noviembre. Antonio Mira-Perceval Muñoz, un abogado nacido en Aspe en 1789 que ejercía de diputado provincial, también desconfió.