Miércoles Santo de 2019. La lluvia comienza a alterar la normalidad del día. A eso de las seis a San Pedro se dirigen con las primeras gotas los nazarenos del Cristo de Burgos. Son muchos menos de los habituales porque ellos ya saben lo que pasa en la hermandad cuando llueve. Y sobre todo cuando los partes dicen que el agua vendrá a eso de las ocho de la tarde. «Hemos venido solo para mojar la túnica» se escucha decir a un hermano. La llamada a Burgos . Después de ultimar la puesta de los pasos y antes de las flores, varios oficiales hacen una pausa para tomar una cerveza en El Tremendo. Los partes para el Miércoles Santo son desoladores. Tienen claro que no van a salir. Por eso ni terminan de hacer las rutinas habituales del día de vísperas. Alguien cae en la cuenta de que esa noche van a viajar en autobús desde Burgos a Sevilla miembros de tres hermandades que al día siguiente iban a formar en el cortejo en plan «lacasitos» de Vera-Cruz. «Tenemos que avisarles»_A última hora de la noche, cuando aún no habían cogido el bus les llaman: «Os decimos que existe un 99% de posibilidades de que no salgamos» Los de Burgos deciden venir aunque no se vistan de nazarenos. Llegan a Sevilla a las nueve de la mañana del Miércoles Santo. La visita del obispo Javier Grado ha dejado las flores de los dos pasos de maravilla. Quienes se acercan por la mañana a la parroquia ni reparan en que los cereros aún no se habían colocado. En la junta se comenta desde anoche: para qué vamos a hacer venir a los nazarenos con la tarde que va a hacer. «Si os parece nos reunimos a las dos cuando acaben las visitas» Entre los últimos en llegar está el Arzobispo de Sevilla que culmina en San Pedro su ruta de la jornada acompañado por el Consejo de Cofradías. A esa hora la Sed ya ha dicho que no sale y San Bernardo está a punto de hacerlo. A Monseñor se lo comentan. «Menos mal» A la tertulia que han formado los miembros del Consejo con el prelado y gente de la hermandad llegan noticias del Buen Fin. Parece que van a tirar para adelante. Entonces alguien en esa improvisada tertulia exclama: «qué locura» El comunicado de las 15'00 Cuando despiden a Monseñor los priostes recogen las cosas en el templo antes de echar el cierre. En paralelo los miembros de la junta y más gente de la cofradía se van a la casa de hermandad. Cuando están todos se inicia la reunión para decidir dos cosas, la primera suspender la estación de penitencia y la segunda no esperar a la hora de la salida para comunicarlo. Saben que es algo inédito pero asumen el coste. La idea, madurada desde ayer por la noche al conocer los partes, es la de comunicar la decisión en ese mismo instante y evitar que los hermanos tengan que venir vestidos de nazarenos desde su casa a la parroquia en medio de la previsible manta de agua. Al rezo del Víacrucis pueden asistir de paisano. La decisión la toman de manera rápida y sin ninguna polémica. Lo que tardan más es en redactar el comunicado que a eso de las tres de la tarde difunde el Cristo de Burgos a través de sus medios. Meses antes, en junio de 2023, el Cabildo Catedral había tomado una decisión algo parecida. Anunciar a las siete y media de la tarde del día anterior que la procesión del Corpus de ese año no saldría. Así también evitaban que las cientos de personas que acuden en representación hicieran el camino solo para mojarse. Este año se habían dado 700 papeletas y estaba prevista la presencia de 470 nazarenos. En la hermandad no consta que ninguno se presentara aunque por la calle dicen que vieron a uno. De ser así sería el único en el mundo que no sabía que su hermandad no iba a sacar los pasos en la lluviosa noche.