Una de las más imponentes obras arquitectónicas de los últimos años no tuvo el final deseado. Pese a ello, genera admiración y respeto al poseer el récord Guinness del rascacielos abandonado más grande del mundo. Este edificio que alguna vez fue un ambicioso proyecto de construcción, lejos de Estados Unidos, es un recordatorio que no todos los finales son felices.
La asombrosa edificación a pesar de estar abandonada supera al edificio más grande de Sudamérica e incluso pudo ser todavía más alto. Una serie de problemas en el 2019 hicieron que la obra se paralice y entre a la historia de Asia.
El imponente rascacielos se encuentra en China. El Goldin Finance 117 es un rascacielos que debería haber tenido 128 pisos con hoteles, tiendas y viviendas de lujo. Este edificio gigante, construido en las afueras de Tianjin, es una asombrosa construcción de 597 metros que no tiene nada y desentona con la ciudad natural. La edificación estaba destinada a ser el corazón del Goldin Metropolitan Scheme, un lujoso proyecto inmobiliario de uso mixto enfocado en los negocios, comercios y reuniones para las grandes empresas.
Si se hubiera terminado, el Goldin Financial 117 habría tenido 128 plantas y más récords de altura . El único que ostenta es el del rascacielos abandonado más alto del mundo. Pese a ello, seguirá siendo por mucho tiempo uno de los edificios más altos de China, dado que el gobierno prohibió las estructuras de más de 500 metros por medidas de seguridad.
La idea era buena, dado que planeaba brillar en una de las ciudades más grandes de China con unos 15 millones de habitantes. Además, la zona central de la ciudad es donde se ubica el Goldin Metropolitan Scheme y, en 2008, comenzaron las obras de construcción del rascacielos insignia. No obstante, jamás pudro contratarse.
Sus artífices fueron arquitectos y diseñadores de Hong Kong y la intención era que entrara en servicio en 2017. Lambetamente, en 2010 llegó la recesión en el sector inmobiliario chino y el proyecto se paralizó. Las obras se reanudaron unos meses más tarde y aplazaron la fecha de conclusión hasta el 2019. Los constructores siguieron realizando proyectos durante todo ese tiempo, pero se volvió a detener por diversas polémicas en torno a su peligroso tamaño. En ese momento, según los ingenieros, habían completado 115 pisos y se había tapado casi la mitad de la estructura. El proyecto, debido a tantos paros, excedió la fecha límite y le quitaron la luz verde.
Actualmente, sigue acompañado de dos enormes grúas y no hay empresa que parezca interesada en reanudar las obras. Entre los motivos se dice que la empresa, al no ser china ni contar con la protección gubernamental, tuvo que autofinanciar todo el proyecto y no terminó siendo rentable.
Estos últimos años han aumentando proyectos faraónicos. Dubai tiene el Burj Khalifa y están construyendo la torre de reloj más alta del mundo. En Arabia Saudita planean un rascacielos histórico de 2.000 metros de alturas y también quieten armar el aeropuerto Rey Salman con seis pistas de aterrizaje.
Por otro lado, China no se queda atrás y tiene varias obras inéditas como una pista de esquí cubierta, una pista de esquí cubierta y 80.000 m2, aeropuerto con seis pistas de aterrizaje y el túnel ferroviario más largo del mundo.
