El tráfico en las grandes ciudades es uno de los mayores problemas que afecta la calidad de vida de miles de personas. Los embotellamientos pueden generar estrés, pérdida de tiempo y contribuyen a la contaminación ambiental.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte encontró la solución a este problema: agregar un cuarto color a los semáforos.
El estudio concluyó en la necesidad de sumar un color a los semáforos para facilitar la señalización en las grandes ciudades. La nueva señal ayudaría a guiar a los vehículos autónomos, que estarían conectados a los semáforos de forma inalámbrica.
Los semáforos son dispositivos esenciales para la regulación del tráfico en las ciudades. (Archivo)
La iniciativa consta en agregar a los semáforos una luz blanca. El objetivo es que la nueva luz sirva como una señal para que los vehículos autónomos se sincronicen con el auto delantero. De esta forma, se crearía una cadena de vehículos que se mueven de manera coordinada y fluida a través de las intersecciones. Esto ayudaría a optimizar el flujo vehicular y minimizar las detenciones innecesarias.
"Las luces rojas todavía significan detenerse. Las luces verdes todavía significan avanzar. Y las luces blancas les dicen a los conductores humanos que simplemente sigan al automóvil que está delante de ellos", explicó el Dr. Hajbabai, responsable de la investigación.
Aunque la propuesta todavía se encuentra en fase inicial, los científicos aseguran que podría revolucionar la gestión del tráfico en las ciudades del futuro, donde se espera que los coches autónomos sean cada vez más comunes.
