Estados Unidos afirmó el viernes que se lograron avances en la última ronda de negociaciones para una tregua en Gaza, atascadas principalmente por la exigencia israelí de mantener sus tropas en la frontera con Egipto del territorio palestino gobernado por Hamás.
La Casa Blanca indicó que el jefe de la CIA, William Burns, era uno de los funcionarios estadounidenses que participan en las conversaciones en El Cairo, junto con los jefes de los servicios de inteligencia israelíes.
"Se lograron avances. Ahora necesitamos que ambas partes se reúnan y trabajen para su aplicación", declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby.
Las conversaciones iniciadas el jueves "tuvieron un carácter constructivo", afirmó el funcionario, añadiendo que las informaciones que afirmaban que la diplomacia estaba "al borde del colapso" eran inexactas.
El movimiento islamista palestino Hamás, cuyo ataque el 7 de octubre en Israel desencadenó la guerra, no participa en esta ronda de negociaciones indirectas.
Un representante del grupo, Hosam Badran, declaró el viernes a AFP que la insistencia del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu por mantener tropas en la frontera con Egipto, en una zona denominada "corredor Filadelfia", reflejaba "su rechazo a alcanzar un acuerdo definitivo".
Los países mediadores -- Egipto, Estados Unidos y Catar -- llevan meses tratando de alcanzar un acuerdo para poner fin a la guerra que devastó el territorio palestino.
Testigos reportaron el viernes intensos combates en el norte de Gaza, bombardeos en el centro y disparos de tanques en el sur de este estrecho territorio de 2,4 millones de habitantes, un 90% de los cuales ya se han visto obligados a desplazarse al menos una vez en estos diez meses, según la ONU.
"Los civiles están exhaustos y aterrorizados, huyen de un lugar destruido a otro, sin un final a la vista", condenó el jueves Muhammad Hadi, coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos.
El ejército israelí indicó el viernes que había "eliminado a decenas de terroristas" en Jan Yunis, en el sur de la Franja, y en Deir el Balah, en el centro.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando combatientes islamistas mataron a 1.199 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en cifras oficiales.
También tomaron 251 rehenes, de los cuales 105 continúan en Gaza, incluidos 34 que el ejército declaró muertos.
En respuesta, Israel prometió destruir Hamás y lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 40.265 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007, que no detalla cuántos son civiles o combatientes.
Además de la presión internacional para alcanzar una tregua, Netanyahu se enfrenta frecuentemente a protestas en Israel en favor de un acuerdo que permita el regreso de los secuestrados.
Ella Ben Ami, hija de uno de los rehenes todavía cautivos, declaró tras reunirse con el dirigente el viernes que se marchó "con la pesada y difícil sensación de que esto [el acuerdo de alto el fuego] no ocurrirá pronto", según un comunicado del Foro de Familias de Rehenes.
Washington considera que un alto el fuego ayudaría igualmente a evitar una conflagración regional, incluyendo un posible ataque contra Israel por parte de Irán y sus aliados, en represalia por el asesinato del jefe de Hamás el 31 de julio en Teherán, imputado a Israel.
Hamás, considerado como organización terrorista por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, exige la aplicación del plan anunciado a finales de mayo por el presidente estadounidense, Joe Biden.
Ese plan, que Estados Unidos presentó como una propuesta de Israel, contempla una tregua de seis semanas, la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas densamente pobladas de Gaza y la liberación de rehenes.
En una segunda fase prevé que las tropas israelíes se retiren totalmente del territorio palestino.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, finalizó esta semana una gira por Oriente Medio y aseguró que Israel había aceptado la propuesta.
Kirby indicó que Estados Unidos sigue creyendo que Netanyahu aceptó el plan y volvió pedir a Hamás que haga otro tanto.
Badran, el representante de Hamás, reiteró el viernes que el grupo islamista había aceptado "el plan de Biden" esbozado originalmente y pidió a Washington presionar a Netanyahu.
Hamás no aceptará "nada menos que la retirada de las fuerzas de ocupación", incluido del corredor Filadelfia en la frontera de Gaza con Egipto, insistió.
La oficina de Netanyahu, cuya coalición de extrema derecha cuenta con miembros que se oponen a una tregua, rechazó versiones de que el jefe de gobierno hubiera acordado retirarse de ese sector.
Netanyahu considera que el control del corredor a lo largo de la frontera egipcia es necesario para impedir que Hamás se rearme.
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