El Principado de Andorra, con sus paisajes montañosos, estaciones de esquí y atractivos turísticos, sería un destino más costoso para los visitantes internacionales en el futuro cercano. El gobierno de Andorra está considerando la implementación de una nueva tasa que afectará a los vehículos extranjeros que ingresen al país. Esta medida, que ha generado un considerable debate, tiene como objetivo regular el creciente flujo de vehículos que atraviesan sus fronteras, así como también contribuir al financiamiento de infraestructuras y servicios locales.
Andorra es un pequeño país enclavado en los Pirineos, entre Francia y España, y durante años ha sido un destino popular para turistas y compradores debido a su régimen fiscal favorable y su oferta de actividades al aire libre. Sin embargo, este éxito ha traído consigo un aumento significativo en el tráfico, especialmente durante las temporadas altas de invierno y verano, cuando miles de turistas acuden al país para disfrutar de sus estaciones de esquí, rutas de senderismo y ofertas comerciales.
Aunque los detalles específicos de la tasa aún no han sido completamente definidos, se espera que el modelo siga un esquema similar al de otros países europeos que ya han implementado medidas similares. En general, los vehículos con matrícula extranjera deberán pagar una tarifa al ingresar al país, posiblemente a través de un sistema de peaje electrónico o en los puntos fronterizos. Este pago podría ser diario, semanal o anual, dependiendo de la duración de la estancia en Andorra.
El gobierno también está evaluando la posibilidad de establecer diferentes tarifas según el tipo de vehículo, considerando factores como el tamaño, las emisiones de CO2 y la duración de la estancia. Los vehículos eléctricos o híbridos podrían beneficiarse de descuentos o exenciones, en línea con las políticas medioambientales del país, que busca fomentar la movilidad sostenible.