Hubo un tiempo en que, en dos ocasiones bien marcadas, la Luna se alejó miles de kilómetros de la Tierra, lo que hizo que los días en nuestro planeta fueran hasta dos horas más largos. Pero no fue esa la única consecuencia de ese éxodo lunar. Según un equipo internacional de investigadores dirigido por científicos de las universidades de Chengdu, en China, y la Sorbona, en París, esas dos horas adicionales de luz solar, en efecto, condujeron al evento de oxigenación que hizo posible la diversificación de la vida compleja en la Tierra. «Los cambios en la duración del día -escriben los científicos en un artículo recién aparecido en ' Proceedings of the National Academy of Sciences '- pueden influir en la distribución de la energía solar y los gradientes de temperatura, lo que a su vez afecta a los sistemas climáticos y a la dinámica atmosférica«. Hoy en día, la Luna orbita alrededor de la Tierra a una distancia media de 384.400 kilómetros. Pero nuestro satélite natural no siempre ha estado en el lugar que ocupa ahora. Del mismo modo, los días terrestres, que hoy duran alrededor de 24 horas, no siempre fueron así . Incluso ahora, la Luna 'tira' de la Tierra a medida que gira a su alrededor, y a cada giro se encuentra un poquito más lejos. En el día a día no se nota, pero muchos millones de años de tirones continuos hacen que la rotación de nuestro planeta, esto es, el giro alrededor de su eje, se ralentice, haciendo que los días sean cada vez más largos. Sin embargo, los modelos realizados hasta ahora no han conseguido calcular con exactitud el ritmo de desaceleración de la rotación terrestre, y muchos de ellos predicen que la Tierra y la Luna deberían haber chocado hace ya unos 1.500 millones de años, algo que evidentemente no ha sucedido. En su estudio, He Huang, de la Universidad de Chengdu, y sus colegas, trataron de aclarar la historia de la rotación terrestre fijándose en ocho conjuntos de datos obtenidos de capas de rocas de entornos marinos que tienen aproximadamente entre 700 y 200 millones de años de antigüedad. Esas rocas son capaces de registrar la fuerza de las mareas a lo largo del tiempo, por lo que el equipo combinó esos datos con modelos de las fuerzas de marea que actúan entre la Luna y la Tierra para averiguar con qué velocidad el planeta giraba alrededor de su eje durante un tiempo de estudio de 500 millones de años. De este modo, los investigadores descubrieron que había un patrón de 'escalera' en el giro de la Tierra, con dos períodos en los que la rotación del planeta se 'frenaba' rápida y bruscamente, seguidos de sendos períodos de estabilidad. Durante los 500 millones de años estudiados, los días eran 2,2 horas más largos, y la Luna se encontraba, como media, unos 20.000 kilómetros más lejos. Durante su trabajo, los investigadores se toparon con una sorpresa: uno de los dos periodos de rápido cambio, hace aproximadamente entre 650 y 500 millones de años, coincide con la llamada 'explosión del Cámbrico', un momento en que la vida 'se volvió loca' y dio lugar, en un único episodio que jamás ha vuelto a repetirse en la historia de la Tierra, a la mayoría de las familias y géneros de animales que existen en la actualidad. Y el segundo 'escalón' en la velocidad de rotación terrestre se produjo aproximadamente entre 340 y 280 millones de años, lo que se corresponde con un periodo glacial en el que el hielo cubrió la mayor parte del planeta, y también con el momento en que los primeros animales salieron del mar para poblar la tierra firme. El estudio, por primera vez, establece que al aumentar la duración del día (y darse por tanto una mayor exposición al Sol), la Luna pudo haber desencadenado grandes eventos de oxigenación que condujeron a la gran diversificación de la vida en el Cámbrico. Nuevos estudios, sin embargo, son necesarios para confirmar estas conclusiones.