Durante casi tres décadas, el centro poblado La Rinconada, ubicado en el distrito de Ananea, en la provincia puneña de San Antonio de Putina, es consumido por una fiebre del oro que, ahora, ha convertido a ese pueblo montañoso en un centro de la minería ilegal, la mafia y los grupos criminales que se disputan la hegemonía y el control de los yacimientos.
Precisamente, una de estas bandas denominada Los Primos, estaría tras el asesinato de cuatro personas, cuyos cadáveres fueron encontrados el último domingo en una bocamina del sector Llactapata.
Las víctimas han sido identificadas como Samuel Chino Barreto (40), Eduardo Quizana Salazar (43), Dion Way Sánchez Moya (26) y Teófilo Yucra Moya, de 40 años.
Los cuerpos fueron entregados a sus familiares que los trasladaron a sus respectivas ciudades de origen: Patambuco, la provincia de Melgar, y diversas localidades en la región Cusco.
Este crimen múltiple causó profunda consternación entre los deudos y los mineros de esa zona altiplánica, pues las víctimas estuvieron trabajando en La Rinconada durante varios meses, sin ningún percance.
La Policía baraja la hipótesis de que los asesinos podrían haber interceptado a las víctimas para robarles el mineral aurífero que habían extraído mediante su arduo trabajo. Sin embargo, esta línea está bajo investigación.
En los últimos meses, se han registrado numerosos robos, asaltos y homicidios en esa zona. Las autoridades vienen reforzando las medidas de seguridad, mientras la comunidad espera respuestas y justicia por estos violentos ataques.
Ayer, durante una balacera en el centro poblado La Rinconada murió Uriel Casilla Turpo (27). Otro hombre resultó herido. El ataque ocurrió en un local llamado Ñustas.
Lo más grave de todo es que Los Primos y otras bandas criminales permanecen firmemente arraigados en la zona, asesinando, torturando o desapareciendo a hombres que se resisten a sus actividades.
“Aquí uno puede ver personas sonriendo, pero en el fondo están aterrorizadas”, dice un minero, con miedo de dar su nombre.
Personal de la comisaría de La Rinconada encontró, en un primer momento, a tres cadáveres juntos: dos en posición decúbito dorsal y uno en decúbito ventral. A unos 40 metros de distancia también se localizó un cuarto cuerpo en posición decúbito ventral. Todos llevaban puesto mameluco de minero y uno de ellos presentaba la mandíbula inferior completamente destrozada.
Las diligencias estuvieron a cargo de la doctora Doris Bustamante Barrios, titular de la Fiscalía Provincial Mixta de Ananea.
El general PNP Isaac Candia Haro, jefe de la región policial Puno, informó que se dispuso el traslado de dos grupos especiales para realizar las investigaciones.
“Lo que se ha determinado hasta el momento es que el lugar donde fueron hallados no sería el lugar primigenio de la muerte. Se estima que pudieron haber fallecido al interior de una bocamina y fueron trasladados a otro lugar. Las pericias determinarán si fueron víctimas de alguna explosión o de armas de fuego. Según eso, iniciaremos las teorías de esta investigación”, indicó el oficial.
