El Tribunal Superior de Taiwán condenó a penas de prisión de entre 18 meses y 13 años a ocho personas acusadas de recopilar información de inteligencia para China, según informó este jueves la Oficina de Investigación del Ministerio de Justicia. Se trata de uno de los mayores casos de espionaje que sufre en los últimos años la isla autónoma.
Los ocho condenados, entre los que figuran militares en la reserva y en activo, formaban parte de un grupo de diez personas acusadas en noviembre del pasado año por la Fiscalía Superior de Taiwán de espiar al servicio de Pekín. De los dos acusados restantes, uno fue declarado inocente y otro, un militar retirado identificado como Chen Yu-hsin, captado mientras trabajaba en China, sigue en busca y captura.
Las pesquisas, rocambolescas, comenzaron a raíz de una investigación paralela en 2022. Entonces, la Fiscalía descubrió que el prófugo Chen sobornó a otros dos militares en la reserva, Hsiao Hsiang-yun y Hsieh Ping-cheng, con el objetivo de tejer en el interior de la isla –considerada por Pekín como una provincia con pulsiones separatistas a la que pretende anexionar– una red de espionaje vinculada a los servicios de seguridad del Partido Comunista Chino (PCCh).
Las autoridades descubrieron, además, que la trama había reclutado a otros dos militares en servicio activo, mencionados en el escrito de acusación, por sus apellidos, como Kang y Ho. Pretendían recopilar secretos militares para conocer en profundidad las defensas de la isla ante una eventual ofensiva del Ejército Popular de Liberación (EPL). Y lo consiguieron mediante el pago de sobornos que ascendían hasta los 20.000 dólares.
Los tentáculos de la red llegaron hasta la Brigada 601 del Mando de Aviación y Fuerzas Especiales del Ejército, con sede en Taoyuan, en la costa noroeste de la isla, cerca de Taipéi. Uno de los soldados infiltrados, el teniente coronel Hsieh Meng-shu, perteneciente a esta brigada, fue persuadido por el mencionado Hsieh para desertar a China a los mandos de un helicóptero militar Boeing CH-47 Chinook. Un complot que no llegó a fructificar. El propio Hsieh también planeaba entregarse a las autoridades chinas, según se recoge en una sentencia que, aunque todavía puede ser recurrida, le impone una condena de ocho años de cárcel.
El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán advirtió este jueves a través de un comunicado que el régimen de Xi Jinping ha puesto en su punto de mira al personal militar taiwanés para infiltrarse y realizar espionaje, por lo que todas las unidades deben mejorar la educación y la formación en seguridad nacional para proteger la información sensible. Según las autoridades isleñas, todo el personal tiene la obligación de proteger el material clasificado, informar rápidamente de las actividades sospechosas y cooperar con los oficiales para impedir la infiltración de espías.
Washington, que es el socio principal de la isla pese a no mantener relaciones diplomáticas formales con Taipéi, ha dado señales de preocupación por la infiltración del espionaje chino en el estamento de Defensa taiwanés. La mayor parte del arsenal en manos del Ejército de Taiwán procede de Estados Unidos, y el Ejército estadounidense coopera en los planes del Gobierno taiwanés para defender la isla en caso de ataque.