OPINIÓN | Columna de opinión enviada por el aficionado Miguel Ángel Yánez Alonso.
Nuestra querida Unión Deportiva Las Palmas cumple 75 años de historia y lo hace en la máxima categoría del fútbol español. Ese club que se creó por el bien del fútbol canario, para evitar el éxodo de futbolistas de la tierra tras el expolio de los clubes peninsulares, el orgullo del pueblo canario, esa fuerza que nace de la unión de 5 clubes capitalinos y que en la sede del Real Club Náutico de Gran Canaria, un 22 de agosto del año 49, decidieron dejar a un lado sus diferencias para crear un club más potente que representase a todos los grancanarios y canarios en general. Porque ese es el espíritu de este histórico club, aunque en estos tiempos que corren sea casi una utopía debido a la globalización del mercado, cada vez hay más y más jugadores de fuera jugando en nuestras ligas y el conjunto amarillo no es una excepción, aunque siempre se pueden ver brotes verdes, la última Abou Bassinga.
Nuestro club siempre se diferenció por tener un juego característico con jugadores de la casa y canarios, con ello se llegó pronto a la Primera División, en apenas dos años tras su creación. Más allá de ascensos y descensos, se sentaron las bases con jugadores de la cantera canaria para lo que iba a ser el mayor trayecto de la historia del club en Primera, 19 temporadas consecutivas en Primera División. Sin duda alguna una época de oro hasta ahora inigualable, con un tercer puesto, subcampeonato de liga y Copa del Rey incluidas y participaciones en Europa.
Jugadores de ensueño como Germán Dévora, Tonono, Guedes, Castellano, León y tras ello dieron lugar en los 70 a Las Palmas de los argentinos Carnevalli, Brindisi, Morete, Wolff o Fernández y también canarios ilustres como Juani Castillo, Pepe Juan, Hernández, Pérez o Félix Marrero fueron nombres propios de esta época legendaria. Más allá de estos datos, siempre se nos recuerda por el fútbol vistoso, del tiqui-taca, tal y como recogería Alfredo Relaño en una publicación suya en el diario As, el tiqui-taca nació en Las Palmas, incluso se llegó a cobrar día del club en estadios peninsulares donde nuestro equipo tenía una alta expectación debido al juego preciosista pero efectivo que realizaba.
Ese fortín que era el Estadio Insular, esas grandes victorias contra los grandes de nuestro fútbol, la gran goleada frente al Torino en Copa de la UEFA, tardes inolvidables con el olor a calamares de las gradas del vetusto estadio hicieron que se fundiera el sentimiento del pueblo con el equipo y que este club sea un símbolo más de Gran Canaria, como el Roque Nublo o las Dunas de Maspalomas. No siempre hemos saboreado las mieles del éxito, los descensos, incluso dos a Segunda División B, una deuda de más de 72 Millones de euros que pusieron en jaque la existencia de nuestro club, dejar el Estadio Insular como nuestra casa para que fuese el Estadio de Gran Canaria o el 22J, que habló a las claras de por qué se fundó la Unión Deportiva Las Palmas. Como su propio nombre indica, Unión, de ahí nació nuestra fuerza para resurgir como el ave fénix y retornar a la categoría que nos pertenece por historia, afición y tradición hace que nuestro escudo sea especial, que no sucumba ante un serio revés, siendo todo ese dolor nuestra fuerza para conquistar el éxito.
Más allá de ascensos y descensos, de partidos en concreto, de goles, jugadas, caños o regates, lo que existe como denominador común es que con jugadores de la casa es lo que ha servido desde la creación del club hasta nuestros días la base del éxito, que no es otro que es permanecer en Primera División y representar al fútbol canario en la máxima categoría a nivel nacional. Es lo que hace que el aficionado se sienta identificado con el club, quizás por lo que se transmite: una forma de ver, entender y practicar el fútbol de una forma propia, quizás por el hecho de sentirse representado por no tener un sueño frustrado o porque quieres ver al equipo de tus amores, el de tu tierra, en lo más alto.
La Unión Deportiva Las Palmas ha sido un club que no ha parado de crecer, las nuevas instalaciones de Barranco Seco son un claro ejemplo, así como un estadio con mayor capacidad y sede para el Mundial 2030, aunque sin ese encanto que tenía el vetusto Estadio Insular, con ese olor a calamares, a césped recién cortado, esas vistas al mar desde “la arena” con la Naciente en el horizonte y donde no se veía la puerta de la grada curva, donde se respiraba fútbol de verdad porque tenías a los jugadores a 3 metros tuya, inimaginable hoy en día ver a las grandes estrellas del fútbol a esa distancia.
Ahora que estamos viviendo nuevamente en la flor y nata del fútbol nacional, una época de vino y rosas, es difícil volver a la época dorada, muchas cosas han cambiado, pero siempre ha estado intrínseco, muy adentro de nuestras raíces de nuestro club apostar por el futbol de toque, de cantera, porque tenemos una forma de ver las cosas, un sentir y una forma de hacer las cosas con estilo canario propio que hacen que este club sea especial y donde nunca se debe perder el norte, la cantera es nuestra mayor fortaleza.
Por otros 75 años más llenos de éxitos.
por Miguel Ángel Yánez Alonso
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