'La fuerte competencia de las costas de playa en España gracias a la mayor facilidad para llegar que hace unos años (mejores autopistas, billetes de avión low-cost), hace que sean cada vez menos los que quieran subir carretera arriba hasta un glaciar para ponerse a esquiar casi de madrugada en un puñado de pistas. Nada como hacerlo en invierno, con todas las montañas blancas, temperaturas bajas y remontes desde la misma base de la estación de esquí.
La demanda de esquiadores 'turistas' a los glaciares ha ido bajando notablemente estos años. Solo la reserva de pistas por parte de los esquiadores profesionales y de clubes de esquí locales, permite sortear el verano.
Un verano en cambio, que cada vez es más apreciado por los turistas que buscan refrescarse con temperaturas más agradables y ...'
