Los demócratas, revitalizados por la candidatura presidencial de Kamala Harris, están afinando un mensaje para conquistar de nuevo a los votantes rurales, más inclinados en los últimos tiempos a las propuestas del republicano Donald Trump.
En un salón de baile al margen de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, trabajadores de la campaña y legisladores se reunieron el martes para debatir ideas sobre cómo reducir la "brecha campo-ciudad".
"El secreto para ganarse a los votantes rurales: hablarles de sus escuelas, de sus carreteras, de la atención sanitaria", dijo Laura Kelly, gobernadora demócrata de Kansas, un estado profundamente republicano.
"Aparecer, no sólo para las fotos", dijo Kelly a los reunidos.
Los participantes recibieron un manual de un proyecto denominado "Iniciativa del puente rural-urbano" con consejos sobre cómo atraer a los votantes rurales al rebaño demócrata. "Mostrar patriotismo y orgullo local en los eventos de campaña", recomienda. "Convertir los ayuntamientos en sesiones de escucha. Hablar como un vecino".
En la reunión se podían leer carteles como "Kowgirls for Harris", un juego de palabras con la inicial del nombre de Kamala y las chicas vaqueras, entre otros homenajes a la vicepresidenta y exsenadora por California, que sustituyó al presidente Joe Biden al frente de la candidatura demócrata tras su renuncia el 21 de julio.
Los demócratas han luchado por atraer a los estadounidenses de zonas rurales desde las elecciones presidenciales de 2016. En esos comicios Trump derrotó a Hillary Clinton en gran parte gracias a la fuerza de los electores del campo y de clase trabajadora que históricamente habían votado a los demócratas pero cambiaron de bando.
El partido está decidido a revertir esa tendencia en noviembre.
"Este es el primer año en que nuestro partido ha estado realmente activo en esto", dijo Diane Snyder, funcionaria demócrata en un condado mayoritariamente republicano de Carolina del Norte. "Estamos tocando puertas y la gente se sorprende, así que estamos orgullosos de ello".
La iniciativa es especialmente importante en Carolina del Norte, uno de los pocos estados de Estados Unidos que podrían decidir la carrera por la Casa Blanca entre Harris y Trump el 5 de noviembre.
Trump ha intentado presentar a Harris, de 59 años, como una "socialista" y miembro de una élite de la costa oeste alejada de la realidad de los estadounidenses que viven en el campo, lejos de las grandes ciudades.
La elección por parte de Harris del gobernador de Minnesota, Tim Walz, para ser su compañero de fórmula fue claramente un esfuerzo por intentar contrarrestar esta narrativa.
Walz, de 60 años, un hombre del Medio Oeste, exprofesor de secundaria y entrenador de fútbol americano originario de Nebraska, aceptará oficialmente la candidatura a la vicepresidencia y pronunciará un discurso ante los delegados de todo el país este miércoles.
"Es tan auténtico, tan real", dijo Heidi Heitkamp, exsenadora demócrata por Dakota del Norte, vecina de Minnesota.
"Creo que aporta equilibrio a la candidatura", afirmó Patricia Walsh, una demócrata que vive en una parte de Alaska tan aislada que no pudo recibir a tiempo la camiseta de la campaña para la convención. En su lugar, decidió diseñar una ella misma.
La esposa de Walz, Gwen, recibió una calurosa ovación cuando se presentó en el panel "rural-urbano" para dirigirse a los participantes.
"Dimos clases en la Nebraska rural", contó de su marido, añadiendo entre risas que ella "creció en una comunidad el doble de grande que la de Tim Walz".
"Convenzamos a la gente, una a una, comunidad por comunidad" para que vote a Harris frente a Trump, dijo. "Hazte voluntario, trae a un amigo, ten una conversación difícil".
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