Todo lo que tiene que ver con el acuerdo para ceder la hacienda catalana ha sido tratado con suma discreción por parte del Gobierno y del PSOE con el objetivo de que una palabra malinterpretada descarrilara el acuerdo para investir a Salvador Illa. Tanto es así, que la vicepresidenta María Jesús Montero ha tardado dos semanas en hablar sobre el acuerdo catalán después de haber rechazado en numerosas ocasiones una financiación singular para Cataluña. La también ministra de Hacienda ha concedido hoy la financiación singular pero niega que el acuerdo de financiación singular para Cataluña signifique la concesión de un concierto económico para la comunidad. El acuerdo que filtró ERC y dio por confirmado para apoyar a Illa contradecía lo que hasta ahora había defendido la ministra de Hacienda y aseguraba que el modelo de financiación de esta comunidad autónoma estará basado «en la negociación bilateral con el Estado», y será la Generalitat la que «gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos soportados (y generados) en Cataluña» a través de la Agencia Tributaria de Cataluña.
Estos aspectos no fueron confirmados por Hacienda. Algo que ha hecho encender las alrmas en el cuartel general de ERC, desde donde ya amenazan con dejar de apoyar a Pedro Sánchez en Madrid, lo que, unido al aviso de Junts de revisar el apoyo al Gobierno, deja al presidente sin apoyos suficientes para sacar adelante la Legislatura. «Si el PSOE no cumple con su palabra, ERC no dará apoyo a ninguna iniciativa del PSOE. O deberá buscar mayorías alternativas, o Pedro Sánchez tendrá que convocar elecciones, porque los acuerdos, y lo que está firmado, Montero es plenamente consciente. Puede llamarlo como quiera, pero si no se cumplen estos acuerdos, ERC tendrá que retirar cualquier posible apoyo al PSOE», avisó el partido nada más conocer las declaraciones de la ministra de Hacienda en las que se alejaba del acuerdo celebrado hace solo dos semanas.
La vicepresidenta aseguró que el acuerdo entre el PSC y ERC en Cataluña «va a ser bueno para el conjunto del Estado español». De nuevo, negó que sea «un concierto económico ni una reforma de financiación» e hizo hincapié en que la solidaridad «es el eje» del acuerdo. Según explicó la ministra, lo pactado es «una fórmula para profundizar en el autogobierno al que aspira Cataluña». Y volvió a rechazar que sea un concierto como el vasco o el navarro.
Ninguna explicación, sin embargo, sobre el contenido del acuerdo. Sobre las críticas del resto de comunidades –también de las del PSOE– sobre las implicaciones del acuerdo, para Montero «tiene que haber tranquilidad en todos los territorios porque todo lo que el Gobierno impulse para hacer viable esa mayor aspiración que tiene Cataluña, y que también tienen otras comunidades autónomas, va a ser bueno para el conjunto del Estado y para Andalucía».
La posición de ERC, unida a la de Junts, deja en vilo la continuidad de Sánchez al frente del Gobierno si no cumple con sus socios, debido a la frágil aritmética del Ejecutivo de coalición. Todas las leyes tienen que contar con el concurso de todos sus socios para seguir adelante. En el momento en el que uno de ellos se descuelgue, vuelve a producirse la fotografía de la derrota parlamentaria para el Ejecutivo.