Los diputados de gobierno, liderados por Pilar Cisneros, presentaron 63 mociones sin sentido para complicar el trámite del proyecto de ley que abarataría los tiquetes aéreos desde Costa Rica hacia Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
Los cambios pretendidos por el Partido Progreso Social Democrático (PPSD) desvirtuarían la iniciativa de su objetivo original, la harían inaplicable o retrasarían su entrada en vigor hasta por cinco años.
Por ejemplo, la bancada de Cisneros propuso que, como requisito para acceder a un tiquete de bajo costo hacia un país de Centroamérica, las personas tengan que demostrar que viajan en función de una actividad empresarial de una micro, pequeña o mediana empresa, “debidamente registrada ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEI) o la autoridad competente de su país de origen”.
La propuesta de ley, presentada por el Partido Liberal Progresista (PLP), busca reducir los pasajes aéreos mediante la disminución del impuesto de salida, de $27 a $14, y el tributo de entrada, de $15 a $4.
En torno a este proyecto, el 71% de las mociones de los diputados de gobierno, un total de 46, se enfocan en cuatro cambios:
-Reducir los países de destino a los cuales se podría viajar con tiquetes baratos de avión.
-Impedir la rebaja del impuesto de salida planteada en el proyecto.
-Retrasar la entrada en vigencia de la ley hasta en cinco años.
-Aumentar hasta dos años el plazo para reglamentar la ley.
Algunas mociones, incluso, contienen errores sustanciales. La 23 y la 25, por ejemplo, mantienen la propuesta del PLP de reducir el impuesto de salida de $27 a $14, para los vuelos desde Costa Rica hacia Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Sin embargo, las propuestas de cambio modificarían la forma en que se distribuirían los ingresos entre instituciones de una manera ilógica, pues al final el monto por distribuir es mucho más alto que el tributo. En un caso, la cifra da $20 y en otro, $23,50.
Si bien el expediente 24.207 se tramita mediante una vía rápida, porque se le eximió del trámite en comisión, el plenario legislativo tendrá que destinar numerosas sesiones para definir si se aprueban o se rechazan las mociones del oficialismo.
Para Eliécer Feinzaig, diputado del PLP, la intención de la bancada de gobierno es “atascar” y “obstaculizar” el avance del plan porque, en su criterio, los diputados de gobierno “no proponen ninguna mejora por el fondo”.
“A este gobierno no le interesa que la ciudadanía costarricense se beneficie de cosas tan tangibles como boletos aéreos más baratos en la región centroamericana”, declaró el legislador.
La mayoría de las mociones, 28 en total, se enfocan en el artículo 1° del proyecto de ley, el cual incorpora un artículo 2 bis a la Ley Reguladora de los Derechos de Salida del Territorio Nacional, para reducir de $27 a $14 los impuestos de salida sobre los tiquetes aéreos hacia siete países.
12 mociones proponen montos diferentes para este tributo, con rubros que oscilan entre los $21 y los $26,50. El oficialismo también propone cifras distintas para la distribución del impuesto, pero en tres mociones eliminaría tres de los cuatro incisos en los que se especifica hacia donde deben dirigirse los recursos.
Las redacciones son reiterativas, en el sentido de que mantienen intacta la mayor parte del texto, pero cambian aspectos muy específicos. Por eso, se observan hasta 18 mociones que solamente modificarían la cantidad de meses que tendría el gobierno para reglamentar la ley, con plazos que van desde los sietes meses hasta los dos años.
Esta misma práctica se replica en ocho mociones que pretenden establecer ventanas desde 12 hasta cinco años para que la ley pueda empezar a regir. Para la jefa de fracción de PPSD, Pilar Cisneros, la lógica detrás de esto es que, “si aún así el proyecto se aprueba, cuánto más tarde, mejor”.
Cisneros dijo estar convencida de que el proyecto de ley “no ayudará en nada” a la industria del turismo. A su parecer, las personas van a preferir desplazarse a alguno de los destinos incluidos en el proyecto de ley, en lugar de invertir en las atracciones que ofrece Costa Rica.
“Cada día que que los turistas acorten su estadía en Costa Rica, significa $362 millones menos en ingresos para el país y no queremos eso”, agregó.
Alegó que la presentación de las mociones, “algunas de ellas parecidas”, se hizo con la esperanza de que si no se aprueba una, “logremos convencer en la otra”.
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La discusión de las mociones demandará mucho tiempo, debido a diversas circunstancias. El reglamento de la Asamblea Legislativa permite destinar hasta 14 sesiones para discutir las mociones presentadas a un proyecto dispensado de trámite, como el de los tiquetes aéreos.
La normativa garantiza al oficalismo hasta cinco horas y veinticinco minutos para hablar por todas las mociones en el plenario; si los diputados que se oponen deciden referirse a las propuestas, el tiempo de discusión se duplicaría. El reglamento otorga cinco minutos de uso de la palabra, por moción, tanto los proponentes (aunque sean varios signatarios) como los opositores.
Sin embargo, el plenario no puede dedicarse todos los días a ver este plan a tiempo completo.
Este órgano parlamentario sesiona de forma ordinaria de lunes a jueves, por tres horas. No obstante, dedican los primeros 30 minutos de la sesión al control político. El resto del tiempo se divide en temas administrativos propios de la dinámica del Congreso, como la aprobación de mociones de orden y la discusión de proyectos. Además, el tiempo efectivo de las sesiones se ve constantemente interrumpido por los recesos o las rupturas del cuórum.
A esto se suma que los jefes de fracción acordaron dedicar las sesiones de los martes a la tramitación de proyectos de ley en materia de seguridad.
Rglamentariamente, los miércoles se destinan a la discusión de reformas constitucionales, a menos que se apruebe una moción, con 38 votos, que altere el orden del día, como ocurrió este martes, para incluir en la agenda de este miércoles 21 de agosto la discusión de las mociones presentadas por la fracción del PPSD.
Si al cumplirse el plazo quedaran algunas propuestas pendientes de discusión, estas tendrán que ser votadas, sin posibilidad de que los diputados hagan uso de la palabra para referirse a ellas.
