Bayer, una de las principales empresas mundiales de ciencias e innovación en las áreas de semillas y tratamientos de semillas, protección de cultivos, así como de soluciones para el control de plagas no agrícolas, firmó un acuerdo con la Familia Prodeman, un grupo cordobés dedicado a la producción sustentable de maní, con el objetivo de producir más con menos, una práctica habitual de la agricultura regenerativa.
Esta alianza se enmarca en la estrategia de la multinacional, mediante la que, focalizada en la agricultura regenerativa -una práctica que, en la Argentina, se lleva a cabo hace 30 años-, buscará duplicar su presencia a nivel mundial. De hecho, busca acceder para 2030 a nuevos mercados potenciales por 100.000 millones de euros anuales.
A su vez, el acuerdo vislumbra el compromiso de ambas empresas con la producción sustentable. De hecho, ya hay un proyecto en marcha que busca mostrar cómo las buenas prácticas agrícolas y las nuevas tecnologías pueden integrarse en sistemas productivos que buscan el cuidado y regeneración de los recursos naturales.
Se trata del "Cropmix Prodeman", un centro agronómico de 318 hectáreas ubicado en la localidad de General Cabrera, en la provincia de Córdoba, donde se llevan a cabo prácticas agrícolas que incluyen la rotación de cultivos, el uso de tecnología de riego subterráneo y la digitalización de procesos. Entonces, no es solo es un campo de producción, sino que también un muestrario de prácticas agrícolas regenerativas, en las que se demuestra cómo es posible producir maní de manera sostenible.
La estrategia de Bayer tiene el objetivo de fomentar la agricultura regenerativa, como respuesta a la seguridad alimentaria y el cambio climático, dos desafíos que la empresa se propone resolver a nivel mundial, como consecuencia también del proyectado aumento de personas en el mundo.
"Para 2050, habrá un 20% de la producción de alimentos perdida por el cambio climático y se dispondrá de un 20% menos de tierras para uso agrícola. Pero, al mismo tiempo, habrá más de 2200 millones de personas nuevas que deberán comer, lo que incrementará los requerimientos de alimentos y bebidas en un 50%", cuantificó Rodrigo Santos, líder mundial de la división Crop Science de Bayer, en junio del año pasado, en el marco del Innovation Summit que el gigante alemán realizó en Nueva York.
"Para Bayer, eso significa dos cosas: más productividad (hacer más con menos) y restaurar más la naturaleza". En ese sentido, expuso que "la agricultura regenerativa es el futuro de esta industria".
Conocida por su capacidad para integrar todas las etapas de producción, desde el cultivo hasta la industrialización y exportación del maní, Prodeman es una empresa manisera familiar que nació en 1984 y que produce, selecciona, acopia, procesa y exporta alimentos inocuos.
Sin embargo, los negocios del grupo no se limitan a la producción manisera. Es así que la firma recicla los residuos de su cadena de producción para generar energía eléctrica y fabricar ladrillos, otra de las prácticas principales de la agricultura regenerativa, que busca reducir la emisión de residuos o transformarlos en nuevos productos.
La agricultura regenerativa nació hace 30 años, cuando la siembra directa revolucionó la industria. En ese contexto, el agro argentino fue pionero en la implementación de este tipo de prácticas que, a nivel local, se conoce como siembra directa.
Se trata de un método sustentable que se basa en la idea de que la producción agroindustrial no solo genera alimentos, sino que también se beneficia de la biodiversidad de la tierra, así como de la calidad de las aguas y de los suelos. De esta manera, los productores -y cultivos- se adaptan de mejor manera a las condiciones del suelo y reducen el impacto ambiental.