Los Andes, ubicados en Sudamérica, se extienden a lo largo de siete países, siendo una cadena montañosa icónica en ese continente. En Europa, los Alpes, otra cordillera emblemática, atraviesan un total de ocho naciones, superando a los Andes en este aspecto. Esta diferencia subraya no solo la conexión geográfica de los Alpes, sino también su relevancia histórica y cultural, convirtiéndolos en la cordillera más internacional del mundo.
La cordillera de los Andes, conocida como la columna vertebral de Sudamérica, se extiende por siete países: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Con una longitud aproximada de 7.000 kilómetros, es la cadena montañosa más larga del mundo y destaca tanto por su tamaño como por la diversidad de paisajes y ecosistemas que abarca, desde los páramos andinos hasta la selva amazónica.
Asimismo, esta alberga algunas de las montañas más icónicas del continente, como el cerro Aconcagua, la cumbre más alta de América, con 6.961 metros de altura, y el volcán Ojos del Salado, el más elevado del mundo, con 6.891 metros. También, desempeña un papel crucial en la climatología de la región, influyendo en fenómenos meteorológicos como El Niño y regulando la distribución de lluvias en América del Sur
Históricamente, los Andes han sido esenciales para las culturas precolombinas, como la inca, y continúan siendo vitales para las economías locales debido a su riqueza en recursos minerales como el oro, la plata y el cobre. A lo largo de los siglos, esta cordillera ha sido no solo una barrera geográfica, sino también un eje cultural que une a los países andinos.
La cordillera de los Alpes se extiende por ocho países europeos: Francia, Suiza, Italia, Mónaco, Liechtenstein, Austria, Alemania y Eslovenia. Con una longitud de aproximadamente 1.200 kilómetros, es una de las más emblemáticas de Europa y destaca por la gran cantidad de picos que superan los 4.000 metros, siendo el Mont Blanc, en la frontera entre Francia e Italia, su cumbre más alta, con casi 5.000 metros.
Estos son fundamentales no solo por su belleza natural y su relevancia como destino turístico, especialmente para los deportes de invierno, sino también por su papel crucial en la hidrología europea. De esta cordillera nacen ríos importantes como el Ródano, el Rin y el Po, vitales para la economía y el suministro de agua en diversas regiones del continente.
Asimismo, esta cordillera ha sido testigo de numerosos eventos históricos, desde las campañas de Aníbal hasta las batallas de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, no solo simboliza la unidad de Europa, sino que también representa la rica diversidad cultural y geográfica del continente, atrayendo a millones de turistas cada año que buscan disfrutar de sus paisajes únicos y actividades al aire libre.