El mundo está lleno de historias inspiradoras que, cuando se dan a conocer, pueden hacer llegar a los demás unos valores y un mensaje que ayude a reconciliarse con uno mismo o con las personas que le rodean. Un caso de este tipo es el de Ana, una mujer de 74 años que cuenta cómo atravesó varios episodios de gran dureza tanto física como mental en su vida, y cómo aprendió a vivir con ellos. Lo ha hecho a través del podcast 'Un próposito' en el que ha contado su historia vital y cómo ha aprendido a superar los horribles golpes que recibió y, a la vez, s olidarizarse con otras personas más desafavorecidas dándoles su ayuda a través de una fundación. Aunque el podcast completo se puede encontrar en la cuenta oficial de Youtube, los fragmentos que resumen su testimonio, compartidos en TikTok, lograron superar el millón de visualizaciones en la red social china. Estas son algunas de las cosas que contó Ana: «Justamente al nacer mi hijo me diagnostican un cáncer en fase terminal y me dieron seis meses de vida . Hice lo que pude con 19 años, a mí no me enseñó nadie a ser madre. A mí me hna pasado muchas cosas, mi hijo Jesús, que digo que ha muerto, cuando tenía 27 años se quitó la vida. Yo ya llevo 34 años trabajando con la gente de la calle, estoy aquí con ellos todos los días, bueno decirte que a través del amor surgen milagros todos los días aquí en 'Calor y Café'. Nosotros estamos intentando aliviar ese sufrimiento de las personas, pero necesitamos ayuda», comienza introduciendo Ana, que forma parte de una fundación sin ánimo de lucro con proyectos de acción social en Granada y Kenia. Pero antes de emprender camino para ayudar a personas desfavorecidas, Ana cuenta que tuvo una vida dura, pues dio a luz a su hijo con 19 años y a esa edad también le diagnosticaron un cáncer terminal y le indicaron que le quedaban seis meses de vida. Logró superarlo pero, cuando su hijo creció, con 27 años, se suicidó: «Mi hijo era un niño estupendo que tenía su carrera, había estudiado en Londres [...] Ya mi hijo no era el mismo. Cuando cayó al suelo todos llegamos y nos lo encontramos », relata Ana. A raíz de ello, en parte, sintió la necesidad de ir «al tercer mundo» después de muchos años ayudando a gente de la calle en Granada. Así decidió ir a África para ofrecer allí su colaboración, especialmente con niños, donde presenció imágenes horribles y aprendió a valorar más la vida y, a la vez, superar la muerte de su hijo a tan corta edad. « Yo he visto con mis ojos como mueren los niños de hambre , que no es que me lo haya contado nadie, que lo he visto yo». En su testimonio Ana da ejemplos de vivencias muy duras como dar una caja de galletas a una madre que acaba de ver a su hija pequeña morir, ver cómo beben agua negra de un agujero, que se compran mujeres con animales o recogen a adolescentes que estaban en edad para realizarles la ablación genital, así como conocer casos de padres que tienen «40 o 50 hijos», de los que se sobreentiende que no se hacen cargo: «Entonces yo dije, 'por favor, Señor, ¿yo me voy a quejar? Que mi hijo ha tenido todo...' Eso no te puedes imaginar cómo ayuda», confiesa. Detallando estas realidades de un país pobre en África, Ana define a la gente a la que ayuda como unos campeones: « Es alegría , y muchas veces me pongo allí a curarles los ojos y vienen 'venga mamá Ana, ya está, vámonos que vamos a bailar'. Y tú dices, qué maravilla ¿no? He aprendido a vivir, he aprendido a valorar y he aprendido a aceptar la muerte de mi hijo como algo tan natural... Porque él ha muerto con todo, pero es que allí mueren sin nada» analiza la mujer. Ante una historia como esta, muchas personas quisieron trasladar su admiración a través de los comentarios de la publicación. Estos fueron algunos de ellos: «Esta señora es un ser de luz» «Y esta señora donde está? Para yo abrazarla fuertemente. Dios mío» «Hay gente tan buena en el mundo que tenemos que dar gracias a dios por tener gente como esta señora» «Vaya dignidad, ejemplo y fortaleza. Admiro y son mi referencia gente como ella. Colaboro siempre que puedo a aliviar el dolor de la gente sin recursos y ánimo a la gente que no solo vea este vídeo».