Aquellos que tengan pensado comprar una vivienda en los próximos meses contarán a su favor con que la relajación de los tipos de interés y la "guerra hipotecaria" que han lanzado los bancos para revitalizar este segmento de negocio les permitirán probablemente conseguir un préstamo a un interés competitivo. Pero de lo que puede ir olvidándose es de que los precios vayan a bajar.
Tanto las agencias inmobiliarias como BBVA Research y CaixaBank Research vaticinan más alzas de precios en los próximos meses dado el evidente desequilibrio entre oferta y demanda que hay en el sector.
Según el Índice de Sensibilidad Inmobiliaria que elabora idealista, un 40% de las agencias inmobiliarias espera que los precios sigan al alza en el tercer trimestre del año, mientras que otro 54% vaticina que se mantendrán más o menos como están ahora. Apenas un 3% considera que retrocederán.
Mientras que este índice no arroja cifras concretas de cómo se moverá el mercado, el último Observatorio Inmobiliario de BBVA Research sí que lo hace. La estimación de este centro de estudios apunta a un incremento de precios nominales del 5% en 2024 y del 4,7% en 2025. En términos reales (descontando la inflación), la subida será del 0,7% y del 1,6%, respectivamente.
También lo ha hecho CaixaBank Research, que ha elevado recientemente hasta el 5% su previsión para este año y hasta el 2,8% la de 2025, frente al 2,5% de su anterior estudio.
Tanto el servicio de estudios de la entidad catalana como el del de BBVA culpan al desequilibrio entre la fuerte oferta y la limitada demanda de este incremento que por ahora parece no tener fin de los precios.
BBVA Research prevé que la demanda de vivienda siga al alza en España debido a diversos factores. En primer lugar, asegura que la recuperación cíclica de la economía "puede favorecer la demanda de vivienda de extranjeros".
En segundo lugar, “la revisión del crecimiento del PIB en 2024 hasta el 2,5% vendrá acompañada de creación de empleo y de una mayor renta en las familias. Por su parte, en 2025 se espera que el crecimiento se modere hasta el 2,1%. En cualquier caso, un crecimiento en el que la economía seguirá creando empleo, positivo para mantener las ventas residenciales en niveles relativamente elevados”, apunta el observatorio.
En tercer lugar, BBVA Research cree que la previsión de bajadas de tipos de interés, que ya se refleja en el euríbor, será un incentivo también para la demanda residencial.
Por último, apunta que la demanda embalsada es "relativamente elevada en España, espoleada por la tardía edad de emancipación de los jóvenes en España".
[[QUOTE:PULL|||La producción de vivienda va a mejorar, pero no lo suficiente para atender a la fuerte demanda que hay]]
Por el lado de la oferta, BBVA Research prevé que la iniciación de viviendas comenzará a crecer en 2024 y tomará impulso. Existen varios factores que, a su juicio, propiciarán un incremento de la producción de viviendas en los próximos trimestres: el mayor crecimiento de la economía, la presión de la demanda ante la reducida oferta de obra nueva y el interés de las administraciones públicas en incrementar la oferta de vivienda pública.
Sin embargo, advierte también que el nivel de producción es relativamente bajo por la escasez de suelos finalistas, la reducida oferta de mano de obra, la incertidumbre regulatoria y el bajo presupuesto público destinado a la producción de viviendas. Por eso, espera que los visados crezcan en torno al 10% en 2024 y algo menos del 15% en 2025.
De los problemas con la oferta da también cuenta la encuesta de idealista. Cada vez más profesionales expresan su preocupación por la captación de menos producto (16%) o la venta de menos viviendas (16%), cinco puntos más que en el primer trimestre del año. Una percepción que coincide con la bajada del stock en el mercado de la que avisó idealista en uno de sus últimos informes de mercado.
Como apunta BBVA, la falta de nuevos suelos para construir, junto con el incremento de los costes de construcción o la escasez de mano de obra están haciendo mella en el sector promotor, provocando que las ventas se centren en la segunda mano con la consiguiente caída de stock.