Así fue desde horas de la mañana: miles y miles de venezolanos salieron a las calles el sábado 17 de agosto. La esperanza marchó desde San Fernando de Apure hasta Carabobo, en movilizaciones que apuestan por la tranquilidad y el bienestar del país, y pacíficamente celebraron el triunfo del presidente Nicolás Maduro.
Falcón, Nueva Esparta, Aragua, Monagas, Miranda… y muchos más le dijeron No al fascismo. Y en horas de la tarde inició la marcha grande en Caracas. El Presidente salió de Miraflores, del Palacio del pueblo, para unirse y caminar junto a él.
Fue la fiesta hermosa de un pueblo chévere que cantó el chavismo y se bailó por el amor y la verdad. No hay flojera de piernas, no hay desmemoria, solo el compromiso con su destino, el que descubrió el eterno Comandante Hugo Chávez Frías.
Por cierto, los medios y las redes digitales que le hacen la guerra guardaron silencio: no grabaron, no filmaron, no mostraron esas imágenes. Parece que estaban ocupados con el llamado de los cabecillas de la oposición a protestas que también tuvieron lugar este sábado, como si fueran a dar un tiro de gracia a un pueblo que no han podido ni podrán vencer, creídos de su mentira virtual. Vimos las fotos de esas otras marchas y, efectivamente, siguen siendo los escuálidos. Como dijo una colega venezolana: se desinfló la violencia y la mentira.
Venezuela estuvo en las calles este sábado con un llamado a la paz, en contra del fascismo y en favor de la verdadera democracia. Más de cien ciudades del mundo, en los cinco continentes, la acompañaron.
