Decía Juan Belmonte que se torea como se es, y, andando el tiempo, esta máxima queda en el recuerdo del aficionado matizada por aquella nueva versión, quizá apócrifa, de Morante : la de que se torea como se quiere llegar a ser. En esto de las esencias taurinas y en la personalidad del torero juega un papel preponderante la educación en la Fiesta en los años que son más complejos, los de la juventud; cuando una pasión mal guiada puede llevar a la enfermería o a dejar definitivamente una vocación . La 'pedagogía taurina', aquí, irrumpe como una ciencia completa que, aparte del arte, mixtura diversas disciplinas. Todo por la gloria del escalafón. La Escuela de Tauromaquia José Cubero 'Yiyo' , epicentro fuera de temporada del aficionado y del ojeador, se tiene, además de por impartir estos saberes, como una de las más completas del mundo y así lo reconocen los espadas en los momentos de gloria. De ahí, por ejemplo, salió el Juli y es, en realidad, la primera tabla de salvación y crecimiento de quienes están llamados a ser figuras del toreo. Gestionada por el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y por Plaza 1, forma a cerca de un centenar de jóvenes en un espacio de respeto en los desmontes de la Casa de Campo, plena Venta del Batán. Según datos del Gobierno autonómico, en el pasado 2023, la escuela que homenajea al Yiyo, diestro muerto en Colmenar Viejo, gestionó una cifra récord: 300 actuaciones para todos sus alumnos. Un número que esperan superar en este año, hasta las 400 faenas. Podría sonar a factoría, pero el toreo de sabor madrileño está muy presente en el Batán. Así, entre paseos, franelas, y la barbilla adentro, se forma íntegramente a nuevas jornadas de matadores, novilleros o becerristas. Un ejemplo de este camino hacia el triunfo lo encarna Roberto Martín 'Jarocho', triunfador de las novilladas celebradas por San Isidro, amén de ser el triunfador del ciclo de novilladas en la región que recorre aquellas localidades de menos de 20.000 habitantes y que clausuró el pasado 13 de julio en Valdetorres de Jarama. No por casualidad, el diestro de Huerta del Rey tomará la alternativa como matador de toros el próximo jueves 29 de agosto en la plaza de Palencia dentro de las fiestas de san Antolín de la ciudad castellana. Con él, natural de la provincia Burgos, su tierra cierra un ciclo de veinte años sin que un nuevo matador salga a relucir. Y no sólo la capital lleva la antorcha de la preparación para la puerta grande. El Gobierno regional dispone de cinco enclaves donde formar el futuro de la fiesta: son la Fundación 'El Juli' en Arganda del Rey, y las escuelas de Colmenar Viejo, Navas del Rey, Anchuelo y Galapagar. Se ha mencionado antes el conocimiento enciclopédico, casi 'El Cossío', que reciben los alumnos, guiados no sólo en la teoría y la práctica, sino en ciencias concomitantes como la gimnasia del toreo, la historia de la Fiesta, o un viaje completo por la genealogía de los hierros y sus encastes. Aparte, se cuida el entorno del torero en ciernes, con numerosos viajes a ese espacio primigenio de la dehesa brava. Otros indicadores, además, señalan el crecimiento de la afición en la Comunidad de Madrid. Los pasados 'isidros' tuvieron una asistencia media de 21.000 espectadores, aparte de la consolidación de la Fiesta del Toro, organizada por el Ejecutivo regional, que, en su cuarta edición, ha experimentado un crecimiento exponencial. Cerca del Batán, entre el paisaje que más se parece a una dehesa, no es difícil encontrar a los jóvenes en grupo, con la seguridad de que ya saben pisar la arena.
