El anteproyecto, pendiente de adjudicación y la aprobación del Ayuntamiento, recupera un plan especial de 2010 que según vecinos y técnicos podría suponer "entre 30 y 50" talas. La Comunidad admite que habrá árboles apeados pero niega que afecte a los situados dentro del espacio protegido de Matadero
El Gobierno de Ayuso gasta 17,1 millones en el nuevo proyecto para reducir talas en las obras de la línea 11 de Metro
Nueva disputa vecinal con los Gobiernos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid por una posible tala. El Ejecutivo autonómico que lidera Isabel Díaz Ayuso trabaja en recuperar un plan especial de 2010 para levantar un intercambiador de transportes en la plaza de Legazpi, según se desprende de la licitación del contrato para la redacción del anteproyecto publicada 2023 y a la que ha tenido acceso Somos Madrid. Una iniciativa auspiciada por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid que, en su concepción original, supondría decenas de talas en el entorno de la propia plaza y de un espacio protegido como el del centro cultural Matadero Madrid, reconocido patrimonio industrial de la capital.
Los ejemplares amenazados de Matadero, plátanos de gran porte, cuentan con más de 100 años de antigüedad (los mismos que el conjunto del recinto). Según se desprende de un plano del proyecto, el intercambiador se ubicaría junto al flanco que ocupa el parque de bomberos y el depósito de agua, en una de las pocas zonas verdes de un enclave “con escaso arbolado y unos niveles de contaminación entre los más altos de todo Madrid”. Así lo señala Lucía, vecina del distrito de Arganzuela, en conversación con este medio.
Fuentes cercanas al anteproyecto calculan “entre 30 y 50” el número de árboles afectados, según indican a este periódico. “De ellos los más singulares son sin duda los plátanos centenarios que están pegados al depósito de agua dentro de Matadero”, precisan. Estas mismas fuentes concretan, a partir de la información que se desprende del propio anteproyecto, que es en esta misma ubicación donde se construirían las conexiones del intercambiador con las líneas 3 y 6 de la estación de Metro de Legazpi.
El plan contempla la salvaguarda del característico depósito de agua de Legazpi, conocido oficialmente como depósito elevado de Matadero. Es por ello que vecinos y técnicos consultados por este periódico se preguntan por qué no se protege también la plaza con arbolado que se erige a su lado. Estos técnicos apostillan además que existen alternativas que evitarían las talas, y en esas circunstancias la administración pública debe buscar la opción con menos merma de zonas verdes.
Critican, además de la afectación medioambiental, la repercusión que supondría para los asistentes y trabajadores del propio espacio de Matadero la pérdida de un enclave no hostil. “La propia institución debería oponerse porque va contra sus intereses”, señalan.
Las decenas de talas del anteproyecto incluyen otras fuera del entorno de Matadero, en la plaza de Legazpi o cerca de Madrid Río. Fuentes de la Consejería de Transportes, en declaraciones a este diario, solo admiten estas últimas: “Ninguno de ellos se encuentra dentro de Matadero. Un alto porcentaje de los árboles de estas zonas se van a conservar, ya sea por su posición actual o por su antigüedad. Algunos ejemplares serán apeados porque se encuentran en mal estado o secos. A los restantes no les afecta la ley de protección, pero en cualquier caso serán repuestos”.
Defienden que “el Gobierno regional hace siempre todo lo posible por reducir al máximo el número de árboles afectados y por sustituir los que, de forma inevitable, se ven afectados por las obras que suponen una mejora en las infraestructuras que prestan servicio público a los ciudadanos”. Sin embargo, Ayuso acaba de modificar por la vía rápida la Ley de Protección y Fomento del Arbolado Urbano. Hasta hora la legislación autonómica exigía sustituir los árboles talados por replantaciones, pero ahora pueden eliminarse a cambio de dinero.
El Consistorio que lidera José Luis Martínez-Almeida también tendría que validar el proyecto, algo que por el momento no se ha producido. Fuentes del área de Urbanismo confirman a este periódico que “no hay autorización al respecto”, al menos hasta la fecha. Es un paso imprescindible para que se acometan las talas, que algunos vecinos como Lucía temen que puedan producirse “en pleno agosto para que no nos dé tiempo a organizarnos”.
Mar Barberán, portavoz de Más Madrid en la Comisión Permanente Ordinaria de Obras, Equipamientos y Políticas de Vivienda del Ayuntamiento, arremete contra esta posible intervención en el distrito de Arganzuela: “Para nosotros es increíble que ante cualquier obra o intervención en la vía pública, no se planteen una ubicación en la que no tengan que recurrir a la tala de árboles, cuando es evidente que estamos asistiendo a un cambio climático en que las zonas verdes y la vegetación es importante mantenerla. Siempre hay soluciones técnicas para todo, pero está claro y es evidente que para ellos el arbolado no es un factor a tener en cuenta ni mucho menos a salvar”.
Barberán avisa, eso sí, de que el plan se encuentra en un estado embrionario: “En el plano de situación o de ubicación se ve que se van a talar árboles porque la ubicación es al otro lado del Puente de la Princesa, justo enfrente del edificio del Mercado de de frutas y verduras en remodelación. Aún parece que no tienen el proyecto de construcción y por lo tanto no nos han facilitado datos sobre este porque de momento no existe, según nos dicen en una notificación que nos envían por el canal de transparencia”. Está por ver si todo se reduce a un proyecto finalmente corregido o Legazpi y Matadero se convierte en un nuevo foco de conflicto con talas de por medio, como ya ha ocurrido en Acacias, Comillas o la plaza de Santa Ana.