La gesta de ganar a Bélgica en cuartos dejó tal vez exhaustos a los jugadores españoles, que no pudieron completar la hazaña ganando una medalla. Si la derrota en semifinales ante Países Bajos fue rotunda e inapelable, la que se ha encajado ante el combinado indio resultó más dolorosa. Es la selección de la India un equipo impredecible, de aguijonazos y habilidad , también un poco caótico, que a la hora de la verdad dejó a los españoles sin respuestas. Las cosas hubieran sido diferentes si los 'red sticks' hubieran acertado con sus lanzamientos de penalti-córner, pero l os nervios les acabaron atenazando , sobre todo en los últimos minutos, cuando el gol se volvió una necesidad imperiosa . India comenzó el partido dejando claros cuáles eran sus argumentos. Buscó la portería española con un hockey dinámico e incisivo , sobre todo por la banda derecha. España, aunque de manera más pausada, entró en el cuerpo a cuerpo, lo que deparó un inicio entretenido, que podía romperse por cualquier lado. Las mejores ocasiones fueron asiáticas . Un disparo en el área de Upadhyay se fue fuera por centímetros y, en la jugada siguiente, el pie salvífico de Calzado impidió que la India abriese el marcador. A España le costaba contener los avances impetuosos de los centrocampistas asiáticos, que lucían su habilidad con el stick. El segundo parcial comenzó bajo las mismas coordenadas que el anterior, pero una jugada cambió el guion del partid o. El árbitro señaló un penalti stroke cometido sobre Clapés en el área asiática. Marc Miralles lo convirtió y el 1-0 hizo mella en el combinado asiático . La India persistía con sus mismas armas: ataques a fogonazos y confianza en la habilidad de sus mejores delanteros. Fue sin embargo Gerard Clapés el autor de la jugada más plástica de este parcial. Tras llegar hasta la línea de fondo, burló con una bola elevada la oposición de Upadhyay y logró dibujar un pase de la muerte que Borja Lacalle no llegó a concretar por milímetros. Pese a que España dispuso de alguna ocasión más, especialmente con el lanzamiento de tres penaltis-córner, el equipo asiático logró sacudirse el dominio a base de lanzar embestidas furiosas, tal vez un poco alocadas, pero en última instancia eficaces. Tiene India delanteros con aguijón, como Hardik Singh , y eso les permite encontrar huecos en las defensas más coriáceas. El premio del empate llegó al friso del descanso, como consecuencia de un penalti córner. Harmanpreet Singh logró embocar la bola entre las piernas de Calzado y de Rodríguez y restableció la igualdad en el marcador. En el tercer tiempo pasó de todo, aunque las interrupciones fueron frecuentes. Hubo un aluvión de penaltis-córner (seis en total, cuatro para los indios) y los asiáticos se mostraron más pícaros buscándolos y más eficaces en sus lanzamientos. Así llegó, al poco de empezar, el tanto que les ponía por delante en el marcador, también obra de Harmanpreet Singh , un lanzador eficaz. España nunca se sintió cómoda ante el hockey más anárquico de los indios, devotos del relámpago y de la jugada fulminante. Aun así pudo conseguir un nuevo empate a raíz de un penalti-córner , pero el árbitro detuvo el partido para examinar el gol por video y resolvió que había hadido una mano previa de Recasens. En el último parcial, India resolvió defender el resultado por acumulación mientras confiaba en la velocidad de sus delanteros para armar los contraataques. Hubo momentos en que todos los jugadores asiáticos se encontraban en el área, circundando a su portero. La bola debía salvar un bosque de piernas y de palos para encontrar un stick amigo. Ni con pases aéreos ni con cesiones rasas era posible adentrarse en una selva tan tupida. Ante la dimensión del autobús indio, el técnico de los 'red sticks' , Max Caldas, decidió retirar al portero para quemar más leña en la hoguera ofensiva. A punto estuvo de encontrar el premio gracias a un penalti córner lanzado con contundencia por Miralles. El guardamenta indio, Parattu , respondió con una mano milagrosa. Aunque hubo más disparos de penalti-córner, una sucesión desastrosa de lanzamientos acabó con las esperanzas de la selección española. Las semifinales eran, a priori, un éxito para este equipo, pero la amargura de este cuarto puesto tardará tiempo en disiparse .