Un equipo forense ha encontrado dos cráneos con signos "evidentes" de una muerte traumática "por munición" en el panteón familiar del cementerio de Grado que podrían pertenecer al primer edil y a su hermano
El mapa de la Memoria asturiana, 398 fosas de la Guerra Civil en 62 municipios
Carlos Luis Barredo Fernández fue el último alcalde republicano del municipio asturiano de Grado/Grau. El 5 de agosto de 1936, en plena guerra civil española, fue fusilado por el bando sublevado y su cadáver abandonado en una cuneta en la localidad valdesana de Villuir. Hasta ahora se desconocía con exactitud dónde se encontraban sus restos mortales.
Un equipo forense liderado por el profesor Francisco Etxeberría ha encontrado dos cráneos que podrían pertenecer al alcalde y a su hermano óscar, también fusilado, en el panteón familiar del camposanto local.
Sus familiares más cercanos ya han entregado unas muestras para cotejar su ADN y, en caso de confirmarse la filiación, se lograría desvelar uno de los misterios mejor guardados.
Los dos cráneos presentan signos “evidentes” de una muerte traumática “por munición”, según ha confirmado a elDiario.es Asturias Carlos Vicente León Jiménez, presidente de la Asociación Memorialista de Grado Alcalde Carlos Barredo, que lleva su nombre como reconocimiento al que considera “un símbolo de lo que fue la represión franquista en el municipio” y una de las personas que más ha luchado por lograr un acto de reparación a la figura del alcalde asesinado.
La investigación está siendo dirigida por el antropólogo forense Francisco Etxebarría, en virtud de un convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Aunque no existía una certeza de que los restos mortales podrían encontrarse en el panteón familiar, había sospechas de una alta probabilidad de que esto sucediera y de que los cuerpos de ambos hermanos pudieran haber sido trasladados clandestinamente por su círculo más cercano para evitar posibles represalias.
Las casualidades y coincidencias de las que a veces da muestra la vida han hecho que la noticia trascendiera en fechas muy próximas al aniversario de los fusilamientos.
El pasado 5 de agosto, cuando se cumplían 88 años del asesinato, el Ayuntamiento moscón -así denominado a Grado/Grau- organizó un acto de homenaje en el que se reconoció a Carlos Luis Barredo como hijo predilecto a título póstumo.
El acto sirvió además para suscribir la firma de un convenio de colaboración con la Sociedad Aranzadi para la investigación del paradero de Carlos Barredo Fernández y otros desaparecidos durante la guerra civil y el franquismo en este municipio.
El mismo día, se descubrió una placa junto a la casa en la que vivió, en la calle Manuel Pedregal, que posteriormente fue expropiada y actualmente pertenece a un particular. Asimismo, se rindió un homenaje al empleado municipal que acompañaba al alcalde, Santiago Sánchez Marinas, también fusilado, y se llevó a cabo un recital de poesía social con una selección de poemas de Fernando Beltrán y la Asociación Memorialista de Grado Alcalde Carlos Barredo, a cargo de varios asociados.
Entre los asistentes no podían faltar las familias de Carlos Barredo y Santiago Sánchez Marinas que vivieron emocionadas este reconocimiento social. Un acto al que también asistió el consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda y Derechos Ciudadanos del Gobierno de Asturias, Ovidio Zapico, la investigadora Lourdes Herrasti y la viceconsejera Beatriz González Prieto.
Laura Barredo es nieta de Óscar y sobrina-nieta de Carlos. Ella y sus hermanas Carmen y Pilar están “contentas y expectantes” ante el descubrimiento de los que podrían ser los restos mortales de sus familiares.
“Teníamos indicios, pero aún no tenemos la certeza científica todavía de que se trata de ellos”, explicaba a elDiario.es Asturias.
Al conocer que el equipo del profesor Etxebarría había hallado dos cráneos que podrían corresponder a su abuelo y su tío-abuelo reconoce que para ella ha sido “muy emocionante”.
"Si el ADN confirma los indicios, sería cerrar una etapa de incertidumbre y nos daría un poco de tranquilidad saber por lo menos dónde están los dos hermanos. Estamos contentas y expectantes"
Laura asegura que, si el ADN confirma fehacientemente las identidades, sería acabar con las dudas que han mantenido a lo largo de los años.
“Para nosotras sería cerrar una etapa de incertidumbre y nos daría un poco de tranquilidad saber por lo menos dónde están los dos hermanos. Estamos contentas y expectantes”, señala.
Laura advierte que en el caso de su abuelo tenían más documentación que podría hacer referencia a que sus restos podrían hallarse en el panteón familiar, pero no ocurría lo mismo en el caso de su tío-abuelo: “En el caso de Carlos eran más comentarios y opiniones. Por eso el profesor Etxebarría lo primero que hizo fue abrir el panteón, pero tampoco era algo que supiéramos a ciencia cierta”.
Ahora, tras el hallazgo de los dos cráneos con signos compatibles con una muerte violenta “por munición” se han dado cuenta de que las probabilidades de que se trate de sus familiares son bastante altas.
El presidente de la asociación memorialista, Carlos Vicente León Jiménez, comparte la opinión de que es muy factible que los dos cráneos se correspondan con los dos hermanos y que alguna persona de su círculo más próximo los hubiera podido trasladar de forma anónima y secreta al panteón familiar donde también se encuentra enterrado el padre de los Barredo.
“La lógica nos lleva a pensar que si había un panteón familiar pudieran estar allí. En todo caso hay que confirmarlo”.
Cuando lo capturaron estaba yendo a mediar y actuaba en representación del pueblo y de la democracia de Grado
Uno de los hechos que más destaca en la biografía del alcalde es que hasta el último minuto de vida estaba en el ejercicio de su cargo.
“Cuando lo capturaron estaba yendo a mediar y actuaba en representación del pueblo y de la democracia de Grado”, recalca.
Entre sus datos biográficos, el presidente destaca que Carlos Luis Barredo había nacido en 1896 en Grado y había desarrollado una intensa actividad social y política. Fue presidente del Ateneo Popular de Grado y el líder del Partido Republicano Radical Socialista y, junto con muchos de sus correligionarios, llegó a fundar y formar parte de Izquierda Republicana de Grado.
Carlos Barredo fue elegido alcalde de Grado en la sesión del 22 de abril de 1933 por 16 votos a favor frente a un voto que obtuvo Demetrio Areces y una papeleta en blanco.
Después de su elección, expresó “su agradecimiento a la corporación por el nombramiento de alcalde-presidente a cuyo cargo ya se le había ofrecido en varias ocasiones”. Aunque no llevaba programa, sí anunció que “pondrá toda su voluntad al servicio de los intereses del concejo llevando por lema una recta y severa administración y laborando, además, con toda decisión a favor del régimen constituido”.
El 3 de marzo de 1934, según explica Carlos Vicente León, el entonces alcalde presentó su dimisión por motivos de salud y, por unanimidad, su petición no se aceptó.
“Se entendió que era indispensable para el interés municipal y se le ruega que se reintegre en el puesto”, comenta.
Según los datos de los que tiene constancia la asociación memorialista, Carlos Barredo fue destituido de su cargo de primer edil, junto al resto de la corporación, tras la revolución de octubre, por orden del gobernador general.
En julio de 1936 realizó su segundo intento de dimisión como alcalde, aunque él mismo retiró su propuesta de renuncia; el concejal José Álvarez Gómez intervino diciendo que “se lo agradece y dice que se lo han rogado, casi impuesto, sus correligionarios de los que forma parte”.
En los primeros días de la guerra formó parte del Comité Central de Grado por Izquierda Republicana, el resto de componentes eran Andrés Tamargo Huerta, por UGT; Emilio Flórez, por la CNT y Rafael Barredo, por el PCE.
El alcalde Barredo fue capturado y asesinado junto a Santiago Sánchez Marinas, empleado municipal que hacía las veces de chófer, por las columnas gallegas en las inmediaciones de Luarca.
La asociación memorialista cuenta, entre otra documentación, con la base de datos de las víctimas de la guerra civil y de la represión que podrían ser claves para reconstruir sus últimas horas de vida. Al parecer, el entonces alcalde se dirigió a la línea del frente para tratar de hacer entrar en razón a los sublevados que entraban por Galicia.
La respuesta fue su detención y posterior asesinato. Según la tramitación de su certificado de defunción, “falleció el día 5 de agosto de 1936 como consecuencia de heridas recibidas durante la pasada guerra, en Villuir, del partido judicial de Luarca, estando enterrado su cadáver en dicho Villuir y en una finca conocida como el Paraíso o por el contrario se encuentra en situación de desaparecido”.
El alcalde franquista de Grado, por informes de la guardia municipal, el 22 de agosto de 1940, señala, además que de confirmar lo anterior relativo a su muerte, que “perteneció al Partido Socialista habiendo desempeñado el cargo de alcalde de este concejo en el período del mandato de la República y después del triunfo del frente Popular en las últimas elecciones y habiendo intervenido en la revolución del 34”.
Se desconoce si en los últimos momentos de su vida, con la guerra en marcha decidió afiliarse al PSOE, pero es probable que se trate de una confusión, pues en 1936 aún aparecía en listas de Izquierda Republicana.
Carlos Luis Barredo era amigo del exsenador Indalecio Corugedo que puso unas piedras en la cuneta donde cayó muerto para señalizarlo. Cuando en 1940 se intentó recuperar los restos mortales, ya no estaban ahí.
El juzgado militar de la Columna de Operaciones de Asturias (Luarca) instruyó, el 14 de junio de 1937, un sumario contra él en ausencia, practicando el embargo de sus bienes inmuebles.
En la declaración utilizada en la causa para embargarle los bienes se dice de él que era “hermano del anterior (Óscar) dícese de rumor público falleció en la lucha con el ejército Nacional, era alcalde de la localidad y gran propagandista de las ideas izquierdistas.”
Avanzamos en verdad, justicia, reparación y dignificación. Carlos Barredo recrea los valores no solo de la República, sino de cualquier persona en una sociedad libre y democrática
Por su parte, la concejala de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Grado, María José Miranda, reconoce que con este hallazgo está viviendo uno de los momentos más importantes de su vida en los terrenos tanto personal y social, como moscona que es, y como política.
Opina que se está avanzando en las consignas de “verdad, justicia, reparación y dignificación” de una persona como fue Carlos Barredo, al que define como “un hombre pacifista y demócrata hasta el final”.
Para la edil, recrea los valores no solo de la República, sino de cualquier persona “en una sociedad libre y democrática”.
Se calcula que hay otras 250 personas de Grado/Grau que permanecen desaparecidas por represión franquista, gran parte de ellas enterradas en las 28 fosas comunes identificadas por el Principado de Asturias en el concejo
Tanto la asociación memorialista como el ayuntamiento moscón calculan que puede haber hasta 250 personas de Grado/Grau que permanecen desaparecidas por represión franquista, gran parte de ellas enterradas en las 28 fosas comunes identificadas por el Principado de Asturias en el concejo.
Hasta la fecha solo han sido excavadas las de El Rellán y La Garba, en las que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que obtuvo el premio “Moscón de Oro”, ha exhumado 67 cuerpos, que permanecen aún pendientes de análisis genético e identificación.
Desde el ayuntamiento inciden en que si se confirma definitivamente que el hallazgo de los cráneos se corresponde con los restos de Carlos Barredo y de su hermano Óscar se podrá cerrar el amplio ciclo de incertidumbre que pesaba sobre el paradero del último alcalde republicano de Grado/Grau, y se podrá dignificar su tumba con su nombre y cargo, así como el de su hermano.
“Con ello comenzará también el ciclo de reparación moral de los desaparecidos del concejo, dando alivio a sus familiares y dignidad a quienes fueron acallados durante demasiado tiempo”, concluyen.
Por otro lado, eldiario.es ya recogía, en su edición de agosto de 2022, los trabajos desarrollados por los arqueólogos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. En aquella ocasión, trabajaban en una trinchera de Grado/Grau convertida en fosa a la que los fascistas fueron arrojando los cuerpos de los fusilados entre 1938 y 1939.