Yolanda Díaz se ha ido de vacaciones sin cumplir con su sueño de intervenir en la vida cotidiana de las empresas y reducir la jornada laboral por decreto. Quizá estos días reflexione sobre las pésimas ideas intervencionistas que está defendiendo. Después de todo, estamos en verano, una época del año en que se concreta el resultado de una de las negociaciones internas más trascendentes de cada curso: la formulación del calendario de vacaciones. Se trata de un proceso que, dada la escasa trascendencia que tiene y el poco ruido que genera, podemos suponer que se desarrolla con abrumador éxito en el ámbito estrictamente empresarial. Es muy sorprendente el escaso interés que todo el mundo, especialmente los académicos, le presta a...
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