La vida ha llevado a Darwin Lom de Estados Unidos, a Portugal, de vuelta a territorio estadounidense, luego a Guatemala y ahora a Costa Rica con el Cartaginés. El guatemalteco se deja sorprender, al punto de experimentar cambios radicales, pasando del mundo de la construcción al del fútbol.
Ni el mismo Lom se imaginaba su futuro en el fútbol. Como parte de una familia inmigrante indocumentada en suelo norteamericano, su objetivo era estudiar y trabajar siendo adolescente, para contribuir a la economía del hogar.
A los 15 años laboraba como constructor y no tenía formación futbolística en academias o escuelas del llamado soccer. Sin embargo, todo cambió rápidamente.
“Tengo poco en el fútbol, comencé muy tarde, porque al tener una familia de inmigrantes en Estados Unidos no es nada fácil. Por más que yo nací allá, no fue sencillo. Me puse a trabajar, no tuve interés en el fútbol hasta los 15 años, así que inicié tarde, pero lo disfruto mucho”, comentó el delantero en una conversación con La Nación.
Darwin siempre fue precavido y, como el fútbol llegó a su vida a una edad avanzada, tenía listo un plan B. Es más, no descarta volver a una profesión que conoce muy bien cuando esta aventura termine.
“Trabajé en construcción en Estados Unidos e incluso tenía mi compañía lista por si no servía en el fútbol. Gracias a Dios lo logré y cuando termine esto me voy de nuevo para allá a trabajar en eso”, afirmó el ariete de 27 años.
Cuando Darwin Lom comenzó en el mundo del fútbol, primero se probó en Estados Unidos. En la escuela donde estuvo, destacó en el balompié, el baloncesto y lo invitaron a patear en un equipo de fútbol americano. También pasó por Portugal, pero la falta de papeles para quedarse en territorio luso, una tragedia familiar y la pandemia lo hicieron regresar a suelo norteamericano. En la tierra que lo vio nacer probó suerte para llegar al nivel profesional.
“Estuve en Portugal cuando estaba en el colegio, pero no me pude graduar por el tema de los papeles. Me tuve que ir de ahí porque falleció mi hermana mayor, luego se dio la pandemia y no pude volver. Después de esto me fui para Guatemala dos años, luego estuve en lo que equivale a la segunda división de Estados Unidos y volví a Guatemala antes de venir a Cartaginés”, relató.
Cuando salió de la escuela, empezó a jugar en algunas ligas semiprofesionales en Tennessee. Ahí lo descubrieron visores chapines que buscan talentos para su selección en suelo estadounidense y dio el salto al Guastatoya guatemalteco. Hizo carrera en el país de origen de su famila y finalmente arribó a Costa Rica.
La llegada de Darwin Lom al Cartaginés fue tan sorpresiva como su ingreso al fútbol. Incluso, se gestó en dos días y pese a que previamente ya había firmado con el Deportivo Mixco chapín.
El propio delantero confesó con asombro que no esperaba que un club tico le abriera las puertas, pero su representante gestionó todo rápidamente y logró liberarse del contrato con el Mixco.
“Es una oportunidad muy bonita, quiero experimentar algo nuevo, porque sé cómo se juega en Guatemala, pero el fútbol tico es más técnico, de más inteligencia y fuerza. Espero aprender mucho de jugadores que han estado en mundiales, que han estado en ligas importantes y aprender para aplicarlo en mi selección”.
Lom debutó el domingo anterior ante Alajuelense, en la fecha cuatro del Torneo de Apertura 2024. Pese a que llegó a mitad de la pretemporada, un atraso en su permiso de trabajo impidió que iniciara el certamen.
Ya con todo en regla finalmente se mostró contra la Liga (derrota 1 a 0). En los 30 minutos que jugó, tuvo una ocasión clara, pero no pudo concretar. Su objetivo es ganarse un lugar en la titular y crecer en la que considera la mejor liga de Centroamérica.