Carmen Lyra inauguró la Escuela Maternal el 20 de abril de 1925. Es meritorio señalar la trascendencia de esa institución, situada detrás del Edificio Metálico, pues constituyó el inicio de la expansión y profesionalización de la educación preescolar costarricense.
La maestra, escritora y política, después de un viaje de estudios en Europa, insistió al presidente Julio Acosta García que le diera su apoyo para crear un kínder. Curiosamente, el mandatario publicó el esperado decreto de creación en La Gaceta del 8 de mayo de 1924, el día final de su gestión.
Cien años después resulta necesario organizar debates, con un carácter interdisciplinario, sobre el pasado, presente y futuro de la educación preescolar costarricense. Al respecto, es fundamental el pronunciamiento del Ministerio de Educación Pública (MEP), la Red Nacional de Cuidado y Desarrollo Infantil (Redcudi), y las universidades públicas y privadas, responsables de carreras y proyectos de investigación dirigidos al desarrollo de la primera infancia y los gremios educativos.
La creación de “la Maternal” alcanza mayor significado después de leer el informe sobre los servicios educativos del MEP, publicado recientemente por la Contraloría General de la República (CGR), institución que el Poder Ejecutivo tanto adversa. Si se desea guardar congruencia con el pensamiento de Carmen Lyra, es imperativo repensar las consecuencias de los recortes al presupuesto educativo.
Es válido recordar, entonces, que la ya casi centenaria escuela abrió sus puertas a 95 menores que fueron atendidos por la propia Carmen Lyra en su doble condición de docente y directora, la maestra Luisa González y la pianista Margarita Castro Rawson, quien ofrecía clases de música.
Las fundadoras insistieron en que no era una institución exclusivamente montessoriana, pues, a pesar de que se aplicó la filosofía de Montessori e hicieron uso de materiales diseñados para tal fin, era imposible recurrir a un modelo pedagógico “puro” con grupos numerosos.
Al leer el manuscrito Historia de la Escuela Maternal, realizado por Luisa González, es posible encontrar un modelo ecléctico, en el que se integran teorías del alemán Friedrich Fröebel, el belga Ovide Decroly y, por supuesto, la italiana María Montessori.
Bajo el lema “Niños limpios, sanos y alegres”, estas educadoras realizaron un trabajo innovador. Entre otras acciones destacables, crearon el servicio de la leche o comedor escolar y abogaron por dar la debida atención médica al alumnado.
Periódicamente, reunían a las madres con la finalidad de compartir conocimientos sobre asuntos poco tratados hasta entonces, como la llamada “higiene mental”, la preparación de recetas nutritivas con ingredientes baratos o la educación sexual de la infancia. Pero mucho más allá de eso, congregaron a niños procedentes de diversas clases sociales, que llegaban a las lecciones diarias con zapatos o descalzos, y se les dio sin distinciones la mayor calidad educativa.
Un siglo después, la CGR nos evidencia que la cobertura y el acceso a la educación preescolar, ofrecida por el MEP, disminuyó del 88,7% en el 2019 al 86,7% en el 2023. Asimismo, existen deficiencias importantes en la enseñanza del idioma inglés en los centros preescolares públicos, pues en el 2023 solo el 12,5% del estudiantado de Interactivo II (último año de la educación materno-infantil) y el 27,9% del ciclo de transición (nivel que antecede a la primaria) recibió enseñanza en ese idioma.
Por otra parte, el 90% de las instituciones privadas y el 95% de los centros subvencionados brindan formación en esa lengua. Debe observarse que la brecha establecida entre la educación pública y privada es amplia, y afecta a la infancia de las zonas más empobrecidas.
Según la Contraloría, desde el 2019 no se realizan concursos docentes en los que se garantice la idoneidad de la selección del personal, ya que los nombramientos correspondientes al 2024 se llevan a cabo sobre la base de un registro desactualizado.
El trabajo iniciado por Carmen Lyra, Luisa González y Margarita Castro Rawson, en materia de educación preescolar, fue continuado por educadoras del prestigio intelectual de Emma Gamboa, Lilia Ramos o María Leal de Noguera.
Es lamentable que el actual gobierno aplique recortes presupuestarios a la educación y no prolongue la digna labor sostenida por estas mujeres visionarias y ejemplares; y resulta injustificable el daño ocasionado a la niñez contemporánea.
El autor es profesor de Literatura Infantil en la UCR y la UNA.