Ante esto, los expertos de Qustodio explican algunos de los peligros que puede traer esta tendencia en los jóvenes: Diagnosticarse erróneamente: cuando se busca información sobre los propios síntomas, los menores pueden realizar una interpretación poco precisa de la naturaleza de los síntomas, pero al sentirse reflejado en el malestar de otras personas o en la información que han encontrado, pueden estar seguros y, por tanto, recurrir a remedios que a otras personas les ha ido bien, o a un tratamiento erróneo, lo cual puede generar, aparte de un peligro para la salud, el retraso en una atención médica necesaria.