Después de escuchar las reivindicaciones elevadas por los las formaciones socialista y nacionalista gallegas, acusando al Gobierno gallego de cometer un «despilfarro» de fondos durante la construcción, en 2009, del hospital vigués Álvaro Cunqueiro al licitar conjuntamente la obra y los servicios del centro, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha justificado este lunes el modelo elegido como «un sistema excepcional» que se puso en práctica durante «un momento excepcional». Lo ha dicho en referencia a la crisis económica del momento que, ha asegurado, habría ralentizado, si no frenado en seco, las edificación del complejo. Las críticas del BNG y el PSdeG emanan del informe hecho público esta semana por el Consello de Contas, que concluye que habría sido más eficiente licitar la obra y los servicios del centro por separado, y no conjuntamente, como hizo la Xunta en un contrato de concierto –se realizó durante el mandato de Alberto Núñez Feijóo–, ya que supondría un ahorro de más de 470 millones de euros, IVA incluido, según recogió Europa Press. El lunes, en la rueda de prensa que ha ofrecido al terminar la reunión del Consello, Rueda ha defendido que era «un momento» de crisis económica en 2009 en el que, «si no se acudía a este sistema, el hospital no se podía construir o habría sido completado muchísimo más tarde». Un modelo al que «solo se acudió a este sistema una vez», ha incidido, y porque en aquel entonces construir las instalaciones «no podría haber sido posible» de otro modo. A juicio de Rueda, «la pandemia acreditó la necesidad de tener un hospital», que actualmente, ha añadido, y «desde el punto de vista de la gestión sanitaria, funciona de modo magnífico». «En todo caso, celebro que la discusión ahora sea el sistema de construcción», ha afirmado, en referencia a las críticas denunciando que el Cunqueiro «era un hospital privado que no iba a tener gestión sanitaria pública y que, por lo tanto, iba a ser todo un desastre». «Me alegro mucho de que esto ya esté zanjado, de que se haya visto que todo aquello que decía la oposición no era verdad», ha apostillado. Según el líder de la Xunta, el propio informe «reconoce que este era el sistema que permitía construirlo en ese momento». Además, en sus conclusiones, el Consello de Contas asegura que la elección de la opción de contratación se realizó «sin un análisis comparativo previo en términos de eficiencia y eficacia con respecto a una adjudicación de contrato público tradicional». Un día antes, el domingo, la portavoz nacional y líder del BNG, Ana Pontón, había anunciado su intención de solicitar la convocatoria de la Diputación Permanente del Parlamento de cara a que Rueda «comparezca para dar explicaciones» ante el «escándalo» del contrato de la obra del hospital. En declaraciones ofrecidas a los medios, Pontón criticó duramente la que consideró una «negligente gestión de lo público» por parte de la Xunta y que, cargó, provoca que los gallegos paguen «un sobrecoste de 470 millones». En cualquier caso, y dejando de lado la cuestión de haber podido dar pie a una parálisis de las obras al seguir otro modelo, Pontón proclamó que el Gobierno gallego «tiene que asumir sus responsabilidades y dar la cara» porque «con esos 470 millones se podrían contratar 650 médicos y renovar todos los equipos de resonancia, TAC, mamografías del conjunto de hospitales».