Tener un préstamo o una hipoteca con una entidad no implica estar atado a ella para siempre. En el caso de haber contraído una deuda con tu banco, para cambiar la domiciliación de la nómina a otra entidad tendrás que revisar las exigencias del préstamo firmado, ya que a veces se ofrecen mejores condiciones, como intereses más bajos, a cambio de domiciliar la nómina o de contratar un seguro. Si este no es tu caso, podrás cambiar tu nómina a otro banco sin mayor problema. Pero si existe alguna o varias vinculaciones se podrá incurrir en penalizaciones o pérdida de ventajas que podrían hacer que el cambio deje de ser interesante, explican desde Mapfre.
"Normalmente se cambia de entidad bancaria porque otra nos ofrece mejores condiciones que la actual, pero esto sólo aplica si, sumando el total de penalizaciones, aún sigue compensando el cambio", insisten desde el blog "Planes de futuro" de Mapfre. Las obligaciones contractuales más habituales al contratar un préstamo son: obligación de mantener la nómina en la entidad bancaria; domiciliar algún recibo recurrente; pagar desde una tarjeta de crédito propiedad de la entidad; y contratación de algún tipo de seguro personal.
Si aun con las penalizaciones sigue compensando cambiar la cuenta corriente de banco, hay dos maneras de hacerlo:
Por lo tanto, sí se puede cambiar de entidad bancaria aunque exista una deuda con ella, pero hay que analizar primero las consecuencias y desde Mapfre también aconsejan negociar las obligaciones vinculadas antes de firmar un crédito o hipoteca para evitar futuros problemas.
