El pasado viernes, los medios de comunicación recordaban el aniversario del mediático crimen del cirujano Edwin Arrieta a manos de Daniel Sancho cometido el 2 de agosto de 2023. Un año después del suceso, la familia de la víctima sigue reclamando justicia y la defensa del asesino confeso continúa con su objetivo de demostrar la inexistencia de premeditación en el caso, una tarea para la que presentó ante la Fiscalía un informe final que lo evidenciaría. Sin embargo, la situación de Daniel Sancho, quien permanece en la prisión de Koh Samui a la espera de la resolución del juicio que decidirá el destino de su vida, es complicada. Aunque su abogado Marcos García-Montes asegure que el hijo de Rodolfo Sancho se encuentra «optimista» respecto a la sentencia que verá la luz a finales de este mes, la Fiscalía de Tailandia no ha considerado relevante presentar otro informe y su decisión se basará únicamente en las pruebas presentadas durante el juicio. Pero para la defensa de Sancho, la validez de las mismas es cuestionable. Sobre todo a la hora de desmontar la acusación de premeditación. Daniel Sancho confesó haber cometido en crimen alegando que fue en defensa propia tras una discusión, y así defienden firmemente los abogados su versión, a pesar de lo que advierte el desapercibido informe policial. Una declaración presente en él refutaría por completo el testimonio de Sancho y sería crucial para determinar el dictamen de la Justicia. La versión de los hechos que sostiene Daniel no es la misma que defendió durante los primeros meses del caso. Si bien ahora dice que el golpe fue fortuito, anteriormente se adjudicó más culpa, y habría sido esta versión, una de las más reveladoras presentadas en el juicio. Cuando el chef fue detenido y reconoció el asesinato y descuartizamiento de Edwin, también aseguró haber preparado el bungaló antes de la llegada de la víctima. Según esta declaración que ha compartido 'La Razón', además de los utensilios ya conocidos que compró en la isla, supuestamente se sumaría un gran rollo con cientos de metros de papel transparente con el que el asesino habría cubierto suelos, paredes y todo el mobiliario, lo que demostraría que después de cometer el crimen no existieran restos de sangre de Arrieta , pues una vez retirado el plástico, el escenario habría quedado impoluto. Esta nueva prueba no solo refutaría que no hubo premeditación, sino que también confirma que tampoco discutieron tras un intento de violación, pues se deduce que Arrieta, nada más entrar en la habitación y descubrir lo que Sancho tenía preparado, habría empezado a recibir golpes sin tiempo de reacción. En el mismo informe policial se incide también en que Daniel Sancho y Edwin Arrieta no llevaron a cabo planes de ocio durante su estancia en la isla, tal y como ha sostenido el culpable. Ambos llegaron en moto al completo hotelero y allí se produjo el crimen, sin playas, cenas y paseos por la isla horas antes. La modificación de las versiones del acusado deja en evidencia que ha llegado a mentir para entorpecer la investigación, complicándole la manera de mejorar su situación si no existiese premeditación. En los últimos días, el círculo cercano de Sancho también ha querido hablar para desmentir otra de las versiones del chef, la misma en la que asegura que el motivo de la discusión con el cirujano fue el supuesto plan de boda que tendría con su novia. A diferencia de lo que dice, él ya no estaría con su exnovia en el momento en el que viajó a Tailandia y tendría interés amoroso con otra mujer.