La Reina Letizia ya está de vuelta de sus jornadas ajetreadas en París para apoyar a los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos, y teníamos claro que si ayer ningún miembro de la Casa Real apoyó a Alcaraz, es porque se iban a dejar ver por Mallorca. Disfrutando de su estancia en Palma de Mallorca, tras entregar los premios de la 421 Copa del Rey-MAPFRE en el que conseguía el segundo puesto con el AIFOS, el Rey Felipe cumplía con otra de las tradiciones que han instaurado en los últimos años. El monarca organizaba una cena familiar a la que invitaba también a unos grandes amigos de la Reina Sofía: el matrimonio Radziwill Fruchaud. Minutos después de las nueve de la noche, Felipe y Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, llegaban al local sonrientes, sabiendo que los flashes se iban a dirigir a ellos. Hubo sorpresa porque ambas aparecieron empujando dos sillas de ruedas. En una iba, la princesa Irene y en otra, Tatiana Radziwill, íntima de la Reina Sofía, que iba también con su marido.
Una cena que ha tenido lugar en el restaurante Mía, en el Portitxol, y obviamente nosotras nos hemos fijado en sus looks. La Reina Letizia ha estrenado un vestido de flores muy hippie y veraniego, del que aún desconocemos la etiqueta, y lo ha combinado con sus sandalias planas de efecto joya con cristales micro pavés de Swarovski colocados sobre correas de satén de seda. Se tratan de un zapato de lo más cómodo a la par que glamuroso de la firma española Pedro García para los actos oficiales de la Reina Letizia y ahora también para sus vacaciones de verano. Están disponibles tanto en beige como en negro y los puedes adquirir por 450€.
Sandalias planas con cristales de Swarovski, de Pedro García (450 euros)
Un vestido que la Reina Letizia ha combinado con un bolso de mano tipo sobre de la marca Feel Mallorca, diseñado por Joana Borrás y cuyo valor es de 47 euros confeccionado en tela Talaia rosa de Teixits Riera, un tejido típico de la isla balear que ya ha lucido en más ocasiones en sus veranos en Mallorca.
Un estilismo que ha completado con los pendientes con forma de la rosa de los vientos de Isabel Guarc que también se los hemos visto en los Juegos Olímpicos de París. Los pendientes Vents están realizados artesanalmente en oro amarillo de 18 quilates y están inspirados en las formas geométricas de la rosa de los vientos, cuya invención se atribuye a Ramón Llull, y en las estrellas de 8 puntas que aparecen en las baldosas hidráulicas que Huguet realiza en Mallorca desde 1933.