Son una minoría en la presión migratoria que vienen soportando España y Andalucía pero existen. Se trata de niñas y adolescentes que dejan atrás sus hogares y arriesgan sus vidas para encontrar un futuro mejor y poder ayudar a sus familias. Algunas huyen de conflictos en sus países de origen, otras de ablaciones y otras son víctimas de la trata con fines de explotación sexual. La polémica abierta por la derivación a Andalucía por parte del Gobierno de España de 493 migrantes camuflados como menores de edad —según los últimos datos facilitados por la Junta—, por la presión que está soportando Canarias, con el colapso que está suponiendo para los recursos de los que dispone la Consejera de Inclusión Social,...
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